martes, 5 de enero de 2021

¿POR QUÉ LEER EL QUIJOTE? Algunas claves para disfrutar su lectura Prof. Ma. Belén Alemán

 Hoy[1], las Jornadas Culturales de la Biblioteca Dr. Atilio Cornejo nos reúne para hablar sobre un personaje entrañable de la literatura: Don Quijote de la Mancha. En 2005 se celebraron, en todo el mundo, sus 400 años de existencia lo que permitió una resignificación de la obra a la luz del siglo XXI.


 ¿Por qué esta obra es, después de la Biblia, la más traducida a todos los idiomas que tienen escritura? Incluso al quechua ¿Por qué cientos de lectores en todo el mundo emprenden una y otra vez el desafío de su lectura? ¿Dónde radica el secreto de su vigencia? Intentaremos algunas breves respuestas.       

Don Quijote es uno de esos libros del que todo el mundo habla y  pocos han leído. Suele ocurrir lo mismo que con La Odisea y su héroe Ulises, con La Ilíada que nos presenta a Aquiles, con Edipo Rey de Sófocles, o con Hamlet,  Otelo, Romeo y Julieta, de Shakespeare, sólo por nombrar algunos libros que circulan ya como patrimonio cultural de la humanidad. Estos personajes viven y, muchas veces, determinan nuestro comportamiento a tal punto que decimos “que alguien tiene el complejo de Edipo, un apetito gargantuesco, una actitud quijotesca, los celos de un Otelo, una duda a lo Hamlet, o que es un don juan incurable…”[2]

Aunque no hayamos leído dichos libros, los conocemos por expresiones de los personajes que se popularizaron como el famoso “Ser o no ser” de Hamlet o la frase de Segismundo en su monólogo: “que toda la vida es sueño y los sueñossueños son” (Pedro Calderón de la Barca). Pero también surgen frases que nunca dijeron los personajes y fueron atribuidas a ellos y ahí quedaron. Como la famosa: “Ladran, Sancho, señal que cabalgamos”. Don Quijote nunca la pronunció, Cervantes nunca la escribió, pero todos creen que sí. En realidad fue extraída de un poema de Goethe y alguien le agregó el nombre de Sancho y los dimes y diretes hicieron el resto. Esta obra de Cervantes es uno de esos libros, al decir de Italo Calvino, que cuanto más cree uno conocerlos de oídas, tanto más nuevos, inesperados, inéditos resultan al leerlos de verdad.

¿Pero por qué Don Quijote de la Mancha es un clásico? Porque siempre tiene algo para decirnos. Fue escrito en 1605 y aún nos interpela. Don Quijote es un clásico porque trascendió a su autor y a su época. Sus personajes son una síntesis de la condición humana y por ello son casi más reconocidos que el propio autor. Toda ficción literaria construye un mundo alternativo al real y se nutre de la vida misma. Por eso, si una obra está bien escrita nos conmueve, nos ayuda a comprender el mundo que nos rodea, a ampliar la mirada. Para Calvino “los clásicos son libros que ejercen una influencia particular” porque se tornan inolvidables y se esconden en la memoria del lector mimetizándose con él. Sostiene que hay que leer o releer los clásicos en la vida adulta, dedicar un tiempo a repetir las lecturas más importantes de la juventud. Los libros no cambian, siguen siendo los mismos pero nosotros, los lectores, sí y podemos descubrir nuevos significados en los textos ya leídos. Por lo tanto, el encuentro con esos libros clásicos, esas relecturas, son “un acontecimiento totalmente nuevo” es como si lo leyéramos por primera vez. “Un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir.” [3]

Muy rara vez ocurre que los críticos se pongan de acuerdo sobre un libro. Con Don Quijote de la Mancha sí han logrado consenso. Todos opinan que es una de las mejores obras de todos los tiempos.

Su lectura: un desafío. Algunas sugerencias:

 Es una obra abierta a múltiples lecturas. Para leer el Quijote es importante,  primero, desterrar algunos mitos: que es una novela muy larga, que es muy complicada, que hay que tener una formación previa, y otras opiniones semejantes. Recomiendo hacer oídos sordos y aventurarse con buen ánimo entre sus páginas. Piensen que fue leída hace 413 años por coetáneos a Cervantes y ya fue furor. Piensen que se sigue leyendo a lo largo del mundo. Hay que abrir las páginas del Quijote con tiempo y placer. No es una lectura obligada, sólo recomendada. Encontrarán páginas de humor puro y duro, de humanidad profunda, de análisis de la condición humana a través de la parodia y la ironía.

Algunos entendidos recomiendan leer los primeros doce capítulos seguidos porque en ellos Cervantes introduce sus personajes. Después no es importante el orden de lectura. Entre la primera y la segunda parte hay 126 capítulos. Parece mucho. Pero se puede ir leyendo de a poco, como por entregas, pequeñas píldoras quijotescas por día.  Como lectores tenemos licencias lectoras. Por eso, quien lo desee puede olvidarse de las notas al pie de página, los sonetos al inicio, el prólogo y otros paratextos que van apareciendo aquí y allá. Parece una herejía, pero son los permisos que tiene un lector común, no especialista, no estudioso de una obra, aunque sí interesado y deseoso de superar los desafíos que la novela le impone.

Para un lector del siglo XXI el estilo y la sintaxis de Cervantes puede parecer complicada. No obstante, resulta conveniente aclarar que no es necesario entender palabra por palabra. Una buena sugerencia es leer de corrido y que el contexto haga lo suyo (como cuando aprendemos idiomas). Cervantes escribe tan bien que, pasadas unas páginas, comprendemos la mecánica del discurso y lo disfrutamos.

Recordemos que hay en la obra diversas formas de hablar. Don Quijote, ya caballero andante, habla como los héroes medievales a los que quiere parecerse. Un idioma español complejo en plena formación. Veamos uno de los ejemplos más citados: “la razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera que mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura.” Casi un trabalenguas pero un genial desafío para el lector.

Por el contrario, cuando habla el narrador, no Quijote, este emplea el español culto del siglo XVII, contemporáneo a Cervantes. Mención aparte se merece la voz y el registro de Sancho Panza tan plagados de refranes. Es una lengua más rústica y llana como la de otros personajes que aparecen en la novela. Si hacemos un catálogo de los refranes populares que emplea Sancho Panza nos sorprenderíamos de la antigüedad de muchos que usamos hoy en día:

  • Quien canta, sus males espanta.
  • El que no sabe gozar de la ventura cuando le viene, no se debe quejar si le pasa.
  • Donde reina la envida, no puede vivir la virtud.
  • Más vale pájaro en mano, que buitre volando.
  • El consejo de una mujer es muy poco pero el que no lo toma es loco.
  • Muchos pocos, hacen un mucho.
  • Quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija.

 

El escudero tiene también identidad propia como personaje de todos los tiempos. “El bueno de Sancho guarda tesoros de sabiduría en su ignorancia y tesoros de bondad y de vida en su egoísmo”, dice de él Miguel de Unamuno. Más adelante, volveremos a referirnos a este personaje.

Pero la novela es mucho más que un registro lingüístico de la época. En el Quijote de la Mancha está presente toda la España del Siglo XVII. A través de los desvaríos del hidalgo y de la simplicidad de Sancho, Cervantes realiza una crítica social y cuestiona la naturaleza misma del hombre. Reflejó la angustia y la inestabilidad del hombre del siglo XVII. Con ironía y mucha sutileza, Cervantes expresa la angustiosa situación de una España en crisis donde gran parte de los valores se habían diluido. Los críticos reconocen a Cervantes como un escritor que captó la complejidad de su tiempo, un tiempo gobernado por el rey Felipe II que arruinó a España con las guerras de expansión. Ya no había lugar para héroes caballerescos y cortesanos. Y Cervantes lo expresa a través de Don Quijote desde la parodia y desde la crítica. Cuando Cervantes escribe, la caballería ya no tenía ninguna presencia en la sociedad. El auge que habían tenido en el Siglo XII las leyendas del Rey Arturo, las historias del Amadís de Gaula, El Palmerín de Inglaterra, Roncesvalles, El caballero Platir, entre muchas otras, ya se había perdido. Por eso, el autor centra su parodia en  ese mundo caballeresco ideal opuesto a la realidad de su época. A través de Quijote, el autor se burla de un mundo que exalta valores heroicos perdidos. La justicia, la libertad, los grandes ideales humanos se diluyeron en medio de un mundo de tramposos, de guerras, de ambición y poder. Un autor escribe desde su contemporaneidad. No vive aislado. El contexto es importante. Un autor escribe desde su perspectiva sensible para desentrañar las profundidades de la condición humana.

Estrategias narrativas: otra clave de lectura:

Cervantes tiene el honor de ser el padre de la novela moderna. En su obra emplea diversas estrategias narrativas para construir su obra monumental. Estrategias no superadas aún. Después de Cervantes, no hay nada nuevo en este aspecto. A continuación enumeraremos algunas de ellas como para que el lector tenga una breve referencia de las mismas y observe la maestría narrativa del autor y por qué se lo denomina como el creador de la novela moderna.

1.- Polifonía de voces. El juego de narradores: El hispanista y filólogo Jesús Maestro sostiene que el rasgo esencial que hace del Quijote una gran novela es que su narrador es un cínico extraordinario porque le pone diversas trampas al lector. Es un casi un imperativo que los lectores de literatura debemos convertirnos en detectives para leer como tales. Leer como detectives implica ir descubriendo las pistas, las huellas que el narrador nos va dejando. Y, en Don Quijote de la Mancha hay tantas trampas que requiere de un lector activo, despierto, que interactúe con el texto en una transacción de significados.


En el Quijote hay varios narradores y eso confunde al lector. Del capítulo 1 al 8, el que cuenta la historia no es quien en verdad la narra sino una persona anónima que en el capítulo 8 se suspende. En el cap. 9 el relato continúa contado por un segundo narrador – distinto del primero – que dice que encuentra un manuscrito en árabe y se lo da a traducir a un morisco. Traducido del árabe al español, nos enteramos que esta historia fue narrada por Cide Hamette de Benengeli. Entonces, estamos ante una traducción. Quien encuentra el manuscrito en árabe y lo hace traducir es quien lo publica completando las páginas faltantes. La polifonía de voces narradoras en Cervantes es compleja. Cervantes logra disolver su presencia como autor real, él se desdibuja y desdibuja entonces su responsabilidad sobre lo que dice, sobre todo en lo que respecta a la crítica de la España de su tiempo. Se dice que es una novela-palimpsesto o literatura de literatura o literatura espejada. Recordemos que se llama “palimpsesto” al manuscrito antiguo que conserva huellas de una escritura anterior o también borrado para escribir otra cosa encima.

2.- Los paradigmas narrativos: Cervantes incorpora en su novela diferentes especies narrativas. Podríamos decir, junto a Jesús Maestro, que Don Quijote de la Mancha contiene el genoma de la literatura, el ADN de la literatura. Todo lo anterior y lo que vendrá después en literatura está contenido en esta novela. La narrativa del siglo XX y XXI se han nutrido de estas estrategias. Pero lo genial de este autor es que transforma todos los tipos de novelas que se habían escrito. Es un genio creativo y crítico. Es así que en el Quijote, Cervantes inserta diferentes tipos de novelas como:

a) Novela autobiográfica: cuando cuenta la historia de El Cautivo (cap. 39, 1º parte) allí cuenta, de alguna manera su cautiverio en Argel, entre 1575 y 1580. Se presenta como un protagonista. En este capítulo introduce sonetos, narrador en 3º y 1º persona, diferente tipografía, entre otros recursos. No realiza una autobiografía lineal.

b) Novela epistolar: diversos personajes envían cartas o las intercambian: Quijote le escribe a Dulcinea en diversas oportunidades, Sancho a su mujer…

c) Novela pastoril: cuando relata la historia de Grisóstomo y Marcela. Pero es una novela pastoril transformada ya que ambos personajes pertenecen a una clase social acomodada. Marcela se transforma en pastora para ser libre porque las mujeres de la época se casaban forzadamente con matrimonios arreglados o entraban al convento. Marcela se rebela a su época, a los imperativos sociales y decide ir a cuidar cabras. Grisóstomo, estudiante de Salamanca de clase social alta, oye hablar de la hermosura de la pastora Marcela y decide hacerse pastor para conquistarla. Ambos son, en realidad, pastores disfrazados. Entra otra vez acá el juego del ser y el parecer, del fingimiento, de la impostura. Juegan a lo que no son (un tópico que no ampliamos por razones de espacio y tiempo). Pero Cervantes, desde lo literario, rompe con el canon de la novela pastoril, romántica y bucólica, porque hace que Marcela rechace a Grisóstomo quien, dolido de amor, se suicida. Cervantes desafía al Concilio de Trento (de 1545 y 1565) que prohibía el suicidio en la literatura. Sus personajes desafían las normas. Él también.

d) Novela cortesana o italiana: como las novelas intercaladas de Luscinda, Cardenio, Dorotea y Fernando: personajes nobles que sufren experiencias amorosas pero tampoco a la manera de Bocaccio porque presenta componentes muy amargos.

e) Novela morisca: El cautivo o El morisco Ricote.

f) Novela de aventuras en la línea de la novela bizantina: cómo los héroes viven peripecias que ponen en riesgo su vida, pasan por obstáculos que logran superar encarnando múltiples valores.

g) Novelas maravillosas o fantásticas: contadas, en realidad, de manera tal que no sabemos si son verdad o no. Como cuando entra en la cueva de Montesinos donde cree que estuvo varios días encerrado y, en realidad, sólo pasó una hora y un poco más. Cuenta que se encuentra con Dulcinea, con Montesinos y personajes de la literatura artúrica. Todo maravilloso, pero no hay ningún testigo para rectificar lo que Quijote cuenta. (También mago Frestón, quien realiza los encantamientos).

Tantos tipos de novelas dentro de una sola. En Cervantes ya estaba la idea de autor responsable que piensa en su lector. Tenía tanto para contar de Quijote y Sancho que, preocupado en no aburrir a sus lectores con la monotonía del binomio, intercala nuevas historias que hacen olvidar, por un instante, las hazañas y entuertos de la pareja de protagonistas.

3.- Estructura circular: A pesar de caer una y otra vez, Don Quijote se pone de pie y continúa hacia adelante, en pos de sus objetivos. En las tres ocasiones que sale de su casa sucede lo mismo: parte, vive aventuras, es apaleado, burlado, lastimado, pero siempre se levanta para continuar avanzando hacia su meta y, en algún momento, por diferentes motivos, debe regresar a su hacienda. Estas tres salidas muestran la estructura circular de la novela, una de tantas estrategias narrativas que desarrolla Cervantes y que retomarán muchos escritores después.

4.- Cajas chinas o novelas intercaladas: en la novela hay muchas historias. Una adentro de la otra. El gran marco es la historia de Don Quijote y Sancho, pero por momentos sus aventuras se suspenden para dar paso a otras como: El Cautivo, Dorotea, Fernando, Luscinda y Cardenio, la historia de Marcela y Grisóstomo, El curioso impertinente, etc.

5.- Intertextualidad: Entendemos por intertextualidad a la relación dialógica entre dos o más textos. Es una relación explícita o implícita en el interior de un texto que hace referencia a otro/s texto/s. En Don Quijote de la Mancha, el autor cita a autores de novelas de caballería (ver el capítulo VI, “Del donoso y grande escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librería de nuestro ingenioso hidalgo”), parodia pasajes de esos libros y de romances famosos, intercala locuciones y refranes populares. Cervantes construye una amplia red de referencias, incluso nombra a obras de su autoría como La Galatea.

6.- Variedad de tipos textuales:

A poco de abrir la novela hay diez poemas que diferentes caballeros andantes le dedican a Quijote, a Sancho y hasta a Rocinante. La poesía está también presente en diferentes capítulos de la novela. No es una novela pura.

También introduce el teatro dentro de la novela misma. En la Segunda Parte tiene lugar la representación de Maese Pedro, un titiritero. La historia que representa es en un escenario abierto, donde nada está oculto al público. Algo totalmente novedoso para la época que luego tomará Bertold Brecht y lo hará propio cuando en realidad es una originalidad cervantina.

7.- El humor, la ironía y la parodia:

El continuo choque realidad – fantasía se construye desde el humor. El contraste entre lo que cree Don Quijote que pasa y lo que ocurre realmente da lugar a todo tipo de situaciones absurdas como la famosa escena de los molinos de viento, el episodio en la venta donde se arma caballero y tantos otros a lo largo de la novela. La impostura es el recurso que emplea para construir a su personaje, Don Quijote. Los contrastes están también en la caracterización de cada personaje: Sancho y  Aldonza Lorenzo (la verdadera Dulcinea) son – en la realidad – seres rústicos y vulgares. Su rocín flaco, Rocinante, es un caballo viejísimo que apenas si cabalga. Se burla de los libros de caballería, heroicos y grandilocuentes, con una fina ironía que nos lleva a descubrir que, burla burlando, hay una crítica a la sociedad de su época.

Pero trasciende la parodia. Alonso Quijano o Don Quijote o El caballero de la Triste Figura, como lo llama el Bachiller Sansón Carrasco no hace caso a las habladurías, ni al cansancio, ni a las burlas que recibe. Sigue adelante, siempre, avanzando, batallando, fiel a sus principios, a sus objetivos, a su ideal… cómo no recordarlo, entonces, cuando uno está decaído y con ganas de abandonar sus sueños. En esta obra, Cervantes compendia las debilidades y grandezas humanas.

Las claves en los personajes:

Don Quijote, mucho más que un loco:  Cervantes hizo de Don Quijote un personaje entrañable, un loco más cuerdo que muchos de nosotros, un caballero andante de mal genio pero entero, con metas claras, crítico de la realidad de su época. Que nos quede claro, Don Quijote no es sólo una parodia (imitación burlesca) de los libros de caballería; es una obra realista, que nos habla de la vida misma, de la lucha de un hombre por alcanzar sus sueños y hacer valer sus ideales, lucha en la que hay fracasos, dolores, burlas, caídas pero también conquistas.

Don Quijote siente el llamado a la aventura y decide aportar su valentía, su coraje en pos del bien común. Nunca desfallece. Cervantes crea un personaje con rasgos heroicos y antiheroicos. Don Quijote sale de su zona de confort para imponer justicia en un mundo real pero lo hace desde la impostura, desde el disfraz de caballero andante. Cuando se aleja de su cotidianeidad, de la comodidad de su hacienda, cobra fuerza, decisión y voluntad indoblegable impropia para un hombre de 50 años “de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza” que se le “secó el cerebro por leer tantos libros de caballería, “rematado ya su juicio, vino a dar en el más estraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo, y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra como para el servicio de su república, hacerse caballero andante, y irse por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras…deshaciendo todo género de agravio y poniéndose en ocasiones y peligros...” Eran muchos los agravios “que pensaba deshacer, tuertos que enderezar, sinrazones que enmendar y abusos que mejorar y deudas que satisfacer”.

Sólo desde esa inversión, Quijote considera que puede ayudar a cambiar algo. Es el mismo juego de roles que, siglos después, toman los superhéroes. Héroes con dos personalidades como El Zorro, Superman, Batman, El hombre araña, etc. He ahí la genialidad cervantina. Todos los escritores se nutren de él. Veremos que nada nuevo hay después de Cervantes en materia literaria.

Pero continuando con la lectura en clave de los personajes observamos que Cervantes presenta la dualidad del hombre. Don Quijote y Sancho representan el idealismo y el realismo, dos aspectos presentes en todo ser humano.

Don Quijote es un  luchador, un conquistador de sueños, de ideales. Es un loco que no ha perdido nunca la razón. Tal vez sí la cordura, pero no la razón ya que siempre sabe qué hacer. Sabe razonar, pero hace un uso inadecuado de la razón. Quijote logra, a partir de su locura, una gran libertad. Libre para vivir aventuras, cuestionar costumbres y cumplir ideales. Y cómo será que razona muy bien que, en la Segunda parte, en el capítulo 42, cuando nombra a Sancho gobernador de la ínsula Barataria, Don Quijote le da consejos para el cuerpo y para el alma. Veamos, algunos consejos para el alma:

“Has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte como la rana que quiso igualarse al buey. Has gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores… y préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio…. Porque la sangre se hereda pero la virtud se adquiere… Si acaso doblaras la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia…

Sancho ¿más cuerdo que Quijote? El compañero fiel:

Su contrapartida, su opuesto, es Sancho Panza, un rústico labrador que lo acompaña en el descabellado empeño de salvar doncellas y castigar la injusticia. Quijote necesitaba un escudero – como todo caballero andante – y convence a Sancho con la promesa de nombrarlo gobernador de una ínsula. Desde ese lugar Sancho constituye el otro aspecto de la dualidad humana: el deseo de poder, el realismo y el materialismo. Sancho es, al principio, el develador de las fantasías de su amo. Es quien trata de hacerle ver la realidad, quien tira abajo los inventos de Don Quijote: que no son gigantes sino molinos, que no son ejércitos sino un rebaño de cabras y sus cabreros, que no son castillos sino posadas, que no son doncellas sino prostitutas, que no es el yelmo de Mambrino sino una bacina de barbero... Sin embargo, nos genera una duda ¿quién está más loco, Quijote que se considera un caballero andante o su escudero que acepta acompañarlo en las desopilantes aventuras y está convencido que será gobernador? Ambigüedad, paradojas, situaciones hiperbólicas, todo cabe en esta obra.

Por otra parte, Sancho se ha constituido también en el arquetipo del compañero fiel, en el amigo incondicional, en el cuidador de su Señor y eso vale. Y de tanto andar por los caminos de La Mancha, por esas tierras secas y calurosas, de tanto escuchar consejos, sermones, disparates y verdades, al final de la obra observamos a un Sancho quijotizado y a un Quijote sanchificado.

Pero si Sancho se va quijotizando, nosotros lectores también. A Sancho le influye estar al lado de Don Quijote y poco a poco va dejándose llevar por esa ilusión de su señor de que es capaz de repartir justicia solo con su lanza, su escudo y la palabra de caballero. En la segunda parte es él quien le pide a su amo que no se rinda y siga viviendo aventuras. Incluso la familia, tan preocupada al principio, desea que vuelva la ilusión al final. Y al lector le pasa lo mismo.

 Dualidad humana que va y viene, encontrando su equilibrio. Y nos dice a los lectores que todos tenemos que ser un poco Quijote y un poco Sancho. Que de eso se trata la vida, que los ideales, las utopías son los motores que nos hacen levantarnos cada mañana.

La importancia de la obra reside en el hecho de que Don Quijote vive y muere por un ideal de justicia y de amor que lo llevan a resucitar la caballería andante. Es un loco, pero con un alto ideal para respetar. Es, en palabras de su escudero “un hombre bueno que nunca ha hecho daño a nadie”. Su heroicidad consiste, justamente, en el enorme esfuerzo de mantener su ideal bajo el peso de la vulgar e incomprensiva realidad.

Elijo leer el Quijote desde el profundo análisis que hace Cervantes de la condición humana, de la naturaleza y modo de ser. Si bien la historia se sitúa en España con hidalgos españoles, se habla de todos los hombres, de todos los pueblos del mundo. Hay un gran repertorio de personalidades humanas en la novela. Un Quijote, pletórico de idealismo, de valores y principios irrenunciables y de una ironía excepcional unida a una moralidad que ya casi no se ve. Hay una gran gama de tipos y conductas y muestra el gran tópico humano de lo que no es pero parece ser. Para aquella época eso fue revolucionario.

Si hacemos un listado de temas representados a lo largo de sus capítulos veremos los sentimientos de verdad e invención, la nobleza, la sabiduría, la simpleza, las ambiciones y los pecados capitales: holgazanería, gula, ira, envidia y también los combates éticos esenciales: corrupción o decencia; inescrupulosidad o moralidad.[4]        

Cervantes: Primer promotor de la lectura:  Hay quienes sostienen, como  Mempo Giardinelli, que Don Quijote es también un tratado sobre la literatura y la vida y que en esta novela se pueden encontrar los inicios del fomento a la lectura. En Cervantes ya está la preocupación por el lector, por un lector activo, rebelde, inquieto. Dice Giardinelli: Para Cervantes la lectura no podía ser más que revulsiva, fuente de cambios sociales y por eso construyó su obra pensando en el lector… no inventó un personaje iletrado sino al contrario, creó un personaje que es un lector voraz, un hombre de profesión lector. Es la lectura la que le cambia la vida y lo hace aventurero, imprevisible, disparatado, delicioso en su desvarío. Por eso le queman la biblioteca… De ahí que su escudero es la antítesis moral, simple e ignorante… Cervantes sabía que el drama de España era la ignorancia, el embrutecimiento de las masas… Cervantes quiso, también, que su libro espabilara a los necios, alertara a los avisados. Funda un estatuto de lectura para que “el melancólico se mueva a risa, el risueño la acreciente, el simple no se enfade, el discreto se admire de la invención, el grave no la desprecie, ni el prudente deje de alabarla”.

Mucho queda sin decir, sin profundizar. Es un libro tan inmenso que en una breve charla sólo podemos realizar una aproximación intentando provocar en Uds. el deseo de leerlo.

Entonces, ¿por qué el Quijote? Porque este personaje inspira, conmueve, interpela. Porque habla de las luchas internas, del ser y el parecer, de la vida misma.  Porque, nos conecta con nuestro lado idealista, luchador, forjador de sueños, eternos caminantes siempre hacia adelante. Porque debemos ser un poco más Quijotes cada día. Con los pies en la tierra pero con la mirada en el cielo. ¡Vale!

 

Bibliografía:

De Madariaga, Salvador, Guía del lector del Quijote, Bs. As. Sudamericana,1972

Parodi, Alicia, Seminiario sobre el Quijote, Bs. As. Eudeba, 2017

Cortazar, Celina Sabor de, “Para una relectura del Quijote” en Para una relectura de los clásicos españoles, Bs. As, Academia Argentina de Letras, 1987.

Giardinelli, Mempo, Volver a leer, Propuesta para ser una nación de lectores, Bs. As., Edhasa, 2006

Maestro,Jesús:http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/cide-hamete-benengeli-y-los-narradores-del-quijote-0/html/ff85f632-82b1-11df-acc7-002185ce6064_4.html

https://www.elcultural.com/revista/letras/Por-que-leer-El-Quijote/11802

 

 



[1] Esta charla se desarrolló el 21 de agosto de 2018, en la Casa de la Cultura de la ciudad de Salta.

[2] Eco, Humberto, La literatura, pasión que cambia la realidad. Fragmento del discurso pronunciado por el autor en el cierre del Festivaletteratura. Citado a partir de la traducción de Hugo Beccacece para el suplemento Cultura del diario La Nación, 17 de septiembre de 2000.

 

[3] Calvino, Italo, ¿Por qué leer los clásicos? (fragmento en: http://www.urbinavolant.com/archivos/literat/cal_clas.pdf. En versión papel editado por Tusquets, Barcelona, 1993.

 

[4] Siguiendo a Giardinelli, Mempo, Volver a leer, Propuesta para ser una nación de lectores, Bs. As., Edhasa, 2006.

domingo, 6 de septiembre de 2020

Una lectura de UN GATO TAN TAAN…, de Ma. Belén Alemán e Inés Virgili, por Ma. de la Paz Pérez Calvo

 

Una lectura de UN GATO TAN TAAN…, DE MARÍA BELÉN ALEMÁN E INÉS VIRGILI

Salta: Mundo Gráfico, 2016. 24 pp. ISBN: 978-9876981361

Comentario de Ma. de la Paz Pérez Calvo

 


María Belén Alemán como escritora e Inés Virgili como ilustradora nos presentan a este gato tan taan…  

El título nos sumerge de lleno en el patio de juegos, en la plaza del barrio, en la hora de la siesta de verano. El ‘tan pero tan…’ es el desafío del mundo infantil: “Mi papá es tan pero tan fuerte que levanta un auto”, comentario que se aúna con la réplica inmediata: “Mi papá es más fuerte que el tuyo. Es tan pero taan fuerte que levanta un auto y un camión”. Y así continúan las exageraciones y la competencia.

Por otra parte el tan pero taan se codea con el chiste: “Era tan pero tan peludo que en lugar de peine usaba rastrillo”; con la ternura: “Era tan pero tan chiquito que dormía en el hueco de una cuchara”; con la compasión: “Era tan pero tan pobre que comía la suela de sus zapatos”.

El tan pero tan nos abre a una infinita gama de emociones, siempre con un toque de humor más o menos evidente, siempre con una sonrisa.

Tenemos en las manos un simpático libro-álbum de autoras argentinas destinado a un público infantil. Cuando hablamos de libro-álbum comprendemos que texto e imagen comparten relevancia y ambos son necesarios en la lectura, no vale leer el texto escrito para después mostrar la imagen, sino que es imprescindible tener ambas informaciones (la verbal y la visual) al mismo tiempo. Portada y contraportada, texto, tipografía e imágenes de Un gato tan taan… fueron diseñadas como una secuencia y sus relaciones internas son cruciales para la comprensión del libro.

Estudios de la psicología y la neurología señalan los beneficios de la lectura infantil, sobre todo cuando ésta considera mucho más que la escucha activa. Un buen libro-álbum favorece un gran número de conexiones mentales en niños y niñas al visualizar las imágenes que se encuentran junto al contenido escrito. Si a esto le sumamos una obra literaria de calidad, que se ajusta a los intereses y capacidades de niños y niñas, estamos ofreciendo una oportunidad para desarrollar su área emocional, cognitiva y sociocultural.

Un gato tan taan… nos relata en primera persona lo que ocurre cuando alguien es especial. En este caso, el gato tiene la cola larga, muy larga, lo que genera, a él y a su dueña, muchas situaciones tragicómicas: hay que dormir con la ventana abierta porque la cola no entra en el cuarto, a la cola la picotean los pajaritos o sirve de soga para escalar el Aconcagua.

Una de las técnicas más sencillas y útiles en la narrativa para niños es la metaficción. La complicidad del autor que hace preguntas, que invita a leer y habla de sí mismo a los lectores es un recurso recurrente en la literatura infantil. Ciertamente los juegos metaficcionales no son funcionales para la trama, pero como los libros-álbum por lo general no poseen una línea argumental el recurso, bien utilizado, se torna de una riqueza exquisita. En Un gato… Belén Alemán se aprovecha de la técnica para dar un imprevisto golpe de efecto. La autora se hace presente desde la voz narrativa en primera persona; luego se introduce en la obra (tanto ella como la ilustradora) con su retrato: los dibujos de sus rostros aparecen en la última página enmarcados y ‘colgados’ de una pared. Hasta aquí, nada inusual. El giro que sorprende y maravilla, el que nos atrapa en este juego ficción-realidad-ficción, es el retrato del gato: este personaje que hasta entonces hemos visto dibujado, también tiene su retrato. Con la salvedad de que el retrato que cuelga de la pared de la última página nos muestra la fotografía de un gato real. Personajes reales que se vuelven dibujo, personaje dibujado que se vuelve real: he aquí una verdadera cinta de moebius literaria.

Mencionamos anteriormente que un libro-álbum por lo general no posee argumento. En efecto, no lo precisa ya que su razón de ser radica en el juego estético entre texto e ilustración. Pero que no cuente con una línea argumental no implica estar desprovisto de un mensaje y un tema. Si tuviéramos que hablar del tema de Un gato tan taan… este sería la observación de la diferencia (en particular, la diferencia por alguna característica física). Utilizamos la expresión ‘observación’ de la diferencia para hacer énfasis en la mirada del observador: una mirada que ve la diferencia con la virtud del asombro y no con rechazo o repulsión. En Un gato tan taan… el reconocimiento de esa desemejanza es tal que las autoras no se inclinan a considerarla buena o mala por sí misma, ni mejor o peor que otra condición; se admite la diferencia en todos sus aspectos, tanto negativos (el gato tiene la cola tan larga que hace renegar porque la confunden con una manguera de la que no sale agua) como positivos (con quince vueltas la cola tan larga se convierte en bufanda). Con el tema de la diferencia planteada de este modo, subyace el respeto por quien la posee, a tal punto que la obra sostiene la no-manipulación, el no cambiar o quitar la diferencia para asemejar, en este caso al gato, al resto de los gatos.

La relación entre el texto y las ilustraciones de Un gato tan taan… se da con dos tipos de diálogos: el de acuerdo o coincidencia y el de ampliación. Acuerdo y coincidencia porque durante las nueve primeras páginas las imágenes, como en cualquier libro ilustrado, acompañan al texto del modo tradicional: no agregan contenido a la historia. Salvo que… salvo un detalle que, si uno mira con atención, llega a descubrir: un pequeño personaje que surge en la página tres y ya no va a dejarnos.

Es de destacar que el texto mismo se muestra en ocasiones como un dibujo. No solo encontramos grafías de distinto tamaño para enfatizar algunas palabras sino que, así como vemos que la larga cola del gato se va desenrollando, subiendo y bajando a lo largo de las ilustraciones, así también hace el texto, ondulando y zigzagueando al compás del movimiento de cola tan larga, creando un simpático caligrama con palabras que quiebran la rectitud del renglón.

El segundo tipo de diálogo lecto-visual que se da en la obra es el de ampliación: las ilustraciones toman protagonismo. El texto súbitamente desaparece para que nos entren de lleno las imágenes. Las páginas diez y once se despliegan en una imagen sin texto, recurso que se repite en los pares veinte y veintiuno, veintidós y veintitrés, veinticuatro y tapa. Esta es la oportunidad para que el lector-grande intervenga con un “¿Y aquí qué pasa?”, invitando al lector-pequeño a que verbalice lo que ocurre y también, por qué no, a inventar otras absurdas y disparatadas situaciones. Debemos aclarar que hemos designado como lector-grande al más avezado, aquel que es capaz de hallar indicios en el texto y pistas en los dibujos. No queremos designar al adulto con la expresión ‘gran lector’ porque entre los lectores pequeños, incluso con su natural inmadurez y su falta de experiencia lectora, ¿no encontramos acaso grandes lectores?

Uno de los recursos utilizados con maestría en Un gato tan taan… es el de la metonimia visual. Nuestro amigo el gato aparece en la tapa, trepado al techo; y en la ilustración de la página dos, dormido hecho un ovillo sobre la cama. A partir de esta página solo veremos del gato la cola que sigue y sigue, encadenando las historias y las imágenes.

No podemos dejar de mencionar que los dibujos originales fueron pintadas con lápices de colores y luego digitalizados, lo que otorga a la obra una calidez inusual, casi conmovedora. Los globos de colores del final y la encantadora lechuza que nos da la bienvenida los rescatamos como ejemplo de la pericia artística de Virgili.

  Pero contenido literario y visual no es todo lo que ofrece este libro. Belén Alemán e Inés Virgili se dan a conocer, como ya mencionamos, en la pared de retratos de la última página y lo hacen con una propuesta más a jugar (y ya van como tantas…). Es un espacio para que el niño se dibuje a sí mismo y deje su huella en la ‘pared de retratos’ junto con las autoras, el ratón y, cómo no, el gato, volviéndose de este modo el libro en un espacio interactivo.

A esto le sumamos que en la contratapa las autoras dicen invitarnos a “un zapping literario y visual”. Es así que lo interactivo y el zapping dejan de ser expresiones o actividades propias de los medios tecnológicos o electrónicos. Este libro-álbum rescata y amplía la propuesta de la televisión, el teléfono móvil o la tablet con la gracia y la calidad estética que solo puede encontrarse entre las tapas de un libro.

Es casi instintivo relacionar el humor y el juego con Un gato tan taan... Humor y juego despiertan una resonancia inmediata asociada a la niñez. Quien más quien menos los hoy adultos alguna vez reímos con la risa fresca y espontánea en medio de nuestros juegos.

Risas, juego, añoranza, libro-álbum. Por esta razón de asociaciones sostenemos la audaz teoría de que el libro-álbum es para adultos.

Destinado a niños, solo puede llegar a ellos de la mano de un adulto mediador, a quien el libro-álbum debió conquistar primero. Si hasta su forma muchas veces precisa dos manos grandes que puedan abrirlo con un solo y certero golpe de página, revelando a los ojos asombrados cada una de sus ilustraciones. Un gato tan taan… con su formato tamaño carta y hoja apaisada necesita un espacio amplio para desplegarse: una mesa, la cama, el piso, las rodillas de mamá o papá… estos son los lugares ideales. También es ideal contar con dos manos grandes que puedan manipularlo: las manos de papá o mamá otra vez, de una abuela o abuelo, de un adulto mediador que se anime a leer y jugar. Porque la lectura de un libro-álbum requiere un tiempo, no ya propicio a la lectura, sino destinado al juego. No es posible acercarse a un libro–álbum sin la predisposición lúdica y sin un espacio amplio para el despliegue del libro y de la imaginación.

El libro-álbum, más que cualquier otro, es un libro para leer en compañía.

Porque la tarea del lector-grande es necesaria para leer un libro-álbum. Es el que abre las puertas de la fantasía para ir a jugar, es quien pregunta “¿Y qué pasa aquí?”. Es el que sugiere seguir con el dedo la cola larga, taan larga del gato; es el que se detiene para que el lector pequeño descubra aquel personaje nunca mencionado pero que aparece una y otra vez en los dibujos. El lector-grande es el que aprovecha los ganchos de ropa para pellizcar haciendo cosquillas o se deja llevar por el sonido de la flauta y sopla hasta arrancar carcajadas.

Un gato tan taan… ha llegado para que podamos interactuar y hacer zapping hasta descubrir el detalle de cada imagen; llega para que nos llenemos la panza de risas, los ojos de colores y la cabecita de imaginación. Llega y se queda, sí, para ser leído de a dos, o “de a tres, de a seis o de a diez…”. (Alemán, 6)

 

María de la Paz Perez Calvo

Lic. en Psicología

Mayo 2019

martes, 7 de julio de 2020

POESÍA PARA MIRAR EL MUNDO. LO POÉTICO EN LA INFANCIA, Ma. Belén Alemán


El cuento de Vicente. Poesía para niños | Poesía para niños ...
Dossier del Taller virtual a cargo de Ma. Belén Alemán. Organizado por LecturArte, Espacio de Promoción de la LIJ-Salta y Academia de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina. 15 de junio 2020.

En este encuentro intercambiaremos ideas y opiniones sobre la poesía en la infancia y la poesía contemporánea para niños. El dossier presenta un esbozo teórico,  disparador para el diálogo, y al final del mismo encontrarán una “microantología” para disfrutar y compartir.

El encuentro fue pensado como un “convite poético” porque, de alguna manera, uno se prepara para degustar la poesía. También encontrarán diferentes “bocadillos” para ir saboreando a medida que van leyendo. La mesa está servida:

Comienza el convite poético:

v De entrada: Algunas preguntas para pensar juntos:
·         ¿Por qué poesía en la infancia? Y ¿qué poesía?
·         ¿Hay un mercado editorial y de mediación que favorece la narrativa?
·         ¿Qué observan en la poesía para niños de algunos autores contemporáneos? ¿qué poetizan? ¿cómo construyen sus poemas?
·         ¿Qué suele pasar con los mediadores y la poesía?
·         ¿Podemos hablar de algunos textos poéticos como “Poesía-álbum”?

v Plato Principal: Dossier para  degustar y enriquecer con nuevos aportes:

¿Por qué “Poesía para mirar el mundo”?

“El poder de la poesía es dar cobijo a esa alma que busca
un sitio donde pasar la noche, antes de volver a marchar.”
Gustavo Martín Garzo
“Poesía para mirar el mundo”, porque en la brevedad de la poesía se encierra el mundo entero: el mundo de las emociones y sentimientos, de las vinculaciones (el ser con uno mismo y con el otro), de los miedos y conflictos humanos, pero también el mundo de lo cotidiano, de los objetos que nos rodean, de lo mínimo de la naturaleza. Todo es materia poética, todo nos permite habitar el poema. Recordemos sino las Odas Elementales de Pablo Neruda, solo como un ejemplo de tantos.
La poesía establece una relación comprometida con lo leído, se instaura una sintonía entre autor, texto y lector que implica un deslumbramiento o, al decir de Alicia Genovese, un “círculo mágico”. La poesía es un “zapping hacia otro canal” porque la poesía es una manera de enfrentarse a otros lenguajes y a muchos silencios. “Un vacío creado para encontrar el propio ritmo, la propia sintaxis, la puntuación dentro de la cual respirar y el tono, esa cámara de resonancia de la subjetividad…Frente a la valoración social de la elocuencia, la poesía acepta la mudez.”[1] Un poema dice también a partir de lo que no dice, de sus silencios. Y uno, como lector, se va constituyendo en esas palabras, recrea sensaciones, llena espacios vacíos… o simplemente se va quedando en esos silencios. En un poema no hay que explicar nada, actúa a partir de los sentidos que se abren a significaciones impensadas según cada lector. “La palabra poética, por más radical que sea el desconocimiento del lenguaje…, no deja de ser comunicante; una comunicación que es resonancia… y también, o sobre todo, eco de un ensimismamiento, de un diálogo interno, de un exilio.” “La poesía resiste el achatamiento de la percepción, la rutina de ver lo mismo y propone nuevos enfoques, nuevas versiones de lo real activadas por la carga o la descarga subjetiva de quien escribe.”[2]
La literatura y el arte en general observan la realidad para develar su misterio y visibilizarla. La poesía lo hace buceando en las profundidades del ser con un lenguaje diferente, desobediente ya que quiebra el uso habitual e instrumental del lenguaje. La palabra poética nos interpela desde la inquietud, desde la incertidumbre y nos lleva a preguntarnos… a preguntar. Reconocemos que la lectura de un poema no es algo sencillo porque debemos desentrañar sus capas de sentido. Entrar en un poema es permitirse entrar en un “estado poético” del que uno puede entrar y salir con una disponibilidad especial, al decir de Laura Devetach.
Poesía en la infancia para descubrir el mundo, también para jugar, para entregarse al disfrute de lo inusual y disparatado, poesía para reír con sus hipérboles o exageraciones, poesía para bailar y moverse, poesía para seguir creando, para disparar la imaginación pero también poesía para con-movernos, para encontrarnos, para leer porque sí,  para movilizar sentidos y emociones, para disfrutar su ritmo y descubrir esa “música del mundo”:

Ema salta

Ema y el silencio
Hay un silencio en el silencio
Que guarda
La música del mundo.
Murmullos de mar
En el fondo oscuro
De las caracolas
-          Y en lo profundo –
Sinfonía de peces
Aguavivas
Sombras de gaviota.
En la noche hay grillos,
Una luna que a su modo canta.
Hay en el silencio un silencio
Que guarda
La música del mundo:
La siesta borda
El camino de las amapolas
Y a las libélulas.
Ema salta
Del silencio
Al mundo que flota
Detrás de las palabras.

 Ema y el silencio[3], de Laura Escudero Tobler



Con ojos de sol (fragmento), Jorge Luján
Salí a pasear solo
para oír el silencio dentro mío.

Regresé desconcertado,
el silencio aturdía más que el ruido.

Bocadillo 1: Programa “Había una vez: La Poesía” (fragmentos de la entrevista a la escritora Laura Devetach): https://www.youtube.com/watch?v=ciUAivQV6e8&feature=youtu.be


Poesía en la infancia, mediadores y algunos prejuicios:

“Había un niño que salía cada día
y lo primero que miraba, en eso se convertía”
Walt Whitman

Ya dijimos que lo poético puede estar en cualquier objeto, en la naturaleza, en los afectos, en la vida cotidiana, en nuestro ser y estar en el mundo. El poeta es un gran observador, un observador sensible. Por eso a los niños les gusta la poesía. Lamentablemente, por diferentes prejuicios y preconceptos casi no se les lee poemas, se les ofrecen pocos libros de poesía. Lo más común en los hogares es que a la hora de dormir se les lea o narre un cuento. La poesía aparece desplazada en las familias y en la escuela o queda reducida sólo a la poesía tradicional, narrativa.
La relación entre la narrativa y lo poético ha sido muy poderosa en la Literatura Infantil y también la repetición del universo formal, léxico y temático heredado de la lírica popular española que influyó mucho en Latinoamérica. Los mediadores suelen resistirse a la poesía en general y más aún a la contemporánea por un cierto temor a la dificultad o a la errónea creencia de que la poesía es solo para entendidos. Es necesario comprender que a un poema se lo vive, se lo siente aunque no se entienda su contenido completo. Hay que darse licencias lectoras. No siempre “debemos” entender verso a verso. Es como sucede cuando leemos un texto en un idioma que no dominamos como nativos. Lo que buscamos es comprender el todo, no palabra por palabra. Con el poema ocurre algo similar, la magia sucede en el encuentro con ese uso diferente del lenguaje, con su musicalidad, su tono, su cadencia y la mirada particular que nos ofrece el poeta. “Al releerlo, incluso, es posible que “el poema” siga escapándose y ofrezca sólo esa semisombra donde seguir leyendo…pero el lector de poesía suele ser un lector detenido, atento con su intuición a esa síntesis de palabras, atento a los detalles como un miniaturista y no se incomoda tanto por esa semisombra.”[4]

Si como adultos nos cuesta leer poesía y nos parece compleja, entonces como mediadores la obviamos menospreciando así la capacidad infantil para descubrir nuevos horizontes para decir y decirse. Que la poesía nos impregne y se nos vuelva un hábito lector. Unos cuantos versos cada día, cada tanto, un poema, una canción nos abrirá un mundo interior profundo, de goce estético y de disfrute para los sentidos. Seamos lectores de poesía, entremos en ese “estado poético” para contagiar a otros y compartir el disfrute – y la conmoción –  de la palabra. En la poesía no se buscan respuestas, se generan preguntas, se ahonda en el alma humana, una posibilidad de encontrar al otro, a uno mismo.

Un riesgo del mediador, es elegir sólo poesías estereotipadas, simples, de ritmos, tonos y formas demasiado conocidas limitando el universo de los niños. No hay que tener miedo a nuevas experiencias y explorar juntos diferentes horizontes poéticos. No pensar en el niño como un huérfano poético porque son justamente los niños con su imaginación, su sensibilidad especial y su audacia para mirar a su alrededor los que suelen descubrir lo no dicho, quienes enriquecen el poema y entran en diálogo con el texto. Muchas veces los pequeños dan claves de lectura y encuentran capas de significados insospechados por los adultos. Por eso el rol del mediador es tan significativo desde los primeros años. “Mediadores que tienden puentes, crean ambientes de lectura, facilitan la apropiación de las palabras, afinan su escucha para jerarquizar la palabra y los universos de sentido de los primeros lectores, generan la construcción de estas experiencias poéticas porque saben de su valor y su riqueza vital.”[5]

“Gracias al arte de un mediador, los niños comprenden que, al dar vueltas las páginas de lo que se trata es de leerse a sí mismos y a este mundo.” [6]

Los niños miran todo con mucha curiosidad, con gran asombro y la palabra poética requiere de ese asombro propio de la niñez. Por eso disfrutan de las adivinanzas, porque describen objetos, animales, personas, el mundo que los rodea desde la complicidad metafórica. Un guiño para bucear en los detalles. La poesía es exploración de la palabra y requiere esa apertura para sumergirse en sus profundidades y descubrir lo esencial. Los niños de por sí hablan metafóricamente: “Abu, el cielo está lleno de puré”, dijo Olivia de 3 años.

“La infancia puede ser una aventura poética de toda la vida” [7]:

“Hay ciertos versos en los que me quedaría a vivir. Porque proponen mucho más que una línea musical y semántica… proponen un mundo.” Liliana Bodoc

Nanas, canciones, arrullos, juegos lingüísticos, juegos con las manos, adivinanzas, plegarias...y un sin número de textos poéticos orales llegan a los niños aún antes de saber leer. Textos que son abrigo y refugio, abrazos y caricias que acompañan la infancia y perduran en la memoria, ya adultos. Recordarlos es revivir momentos, instalarse en recuerdos apacibles, develar la interioridad, reconstruirnos a través de esas palabras dichas o cantadas antaño. Son los “textos internos” o nuestra “textoteca”, al decir de Laura Devetach.

El primer encuentro con la literatura se da a través de sonidos, de ritmos y modulaciones teñidas de emotividad en la voz de una madre, de una abuela, de una cuidadora. O sea que antes que la narración, está la poesía. No hay por qué entrar en competencia con la narrativa sino que así sucede primero en la historia de vida de un bebé. Entre adulto y bebé se teje una feliz urdimbre de sonidos, emociones y afectos que quedarán guardados en un pliegue del alma. Es así que un bebé empieza a “leer” el mundo que lo rodea, reconoce voces y tonos, matices, rumores, luces y mucho más. Va buscando (y despertando) sentidos en lo que descubre. Como dice Graciela Montes, esas “lecturas mínimas de quien todavía no dispone del lenguaje resultarán invisibles”. Es a través del juego, de las instancias lúdicas, que los niños ingresan al mundo literario, a lo metafórico, a lo poético.
Esos momentos de intercambio entre adultos y niños dejan resonancias y nutren emocionalmente con la profundidad de la voz fundante. A la voz se suman gestos, miradas, posturas, entonaciones que van convocando a todo el cuerpo en la lectura poética.

Bocadillo 2: TIC TAC Arrullo de Jorge Luján con dibujos de Isol publicado por Comunicarte de Argentina. Voces: Lourdes Ambriz y María Fernández Pellón. Violín: Victoria Horti. Letra y música; piano y arreglos: Jorge Luján. Video: Uriel y Jorge Luján. https://www.youtube.com/watch?v=gNtdHmymkJs

¿Y qué sucede con los primeros lectores y lectores más avanzados? ¿Qué poesía encontramos en el mercado editorial para ellos? Poesía de tradición oral, poesía narrativa, poesía lúdica, poesía del disparate, de repeticiones, de palabras inventadas, de hipérboles. Así van entrando al mundo poético. Los niños no se preguntan por sentidos lógicos, entran con naturalidad en el juego porque el juego, la experimentación, es lo natural en ellos. Los niños no racionalizan y por eso el humor, lo absurdo y el juego son su mayor disfrute. La infancia se enriquece con estos textos poéticos, se llena de juegos, de palabras para habitar, para apropiarse. Son necesarias para el crecimiento emocional del niño, sobre todo en la primera infancia.

Pero también encontramos otra poesía. La poesía de muchos autores contemporáneos se caracteriza por el verso libre y algunos quiebres rítmicos sin perder la musicalidad y la cadencia. También hay que leer y compartir esta poesía que llegó a la infancia para quedarse y que ofrece otros modos de decir. Es recomendable un equilibrio para ofrecer también esa poesía “más lírica” quizás, con nuevas sonoridades que brindan la posibilidad de otras experiencias poéticas no tan conocidas. Poetas que miran el mundo con curiosidad y en detalle y lo nombran de una manera diferente, a veces sin rima pero con ritmo y metáforas para descubrir.  Una partitura distinta. La poesía contemporánea es una propuesta desafiante que los compromete aún más como lectores, pero nada que los niños no puedan apropiarse. Como sostiene Cecilia Bajour, los lectores infantiles son “filósofos en estado de semilla”. Y ese lenguaje poético, poco transparente, de una densidad particular, que quiebra su uso habitual establece capas de sentido, capas de lectura entre palabras y espacios de silencio que los desafía e interpela.

En la buena poesía los recursos literarios no son adorno, no se “usan para…” sino que son un recurso para bucear en el mundo que nos rodea, en los sentimientos y conviene decirlos desde una mirada libre y audaz, con formas no estereotipadas, huyendo de lugares comunes o clichés porque los niños tienen una mirada totalmente original y creadora.

“La Poesía es búsqueda de esa experiencia inaugurante de la vida: el asombro del niño que interroga al mundo.”[8] Poesía que mira lo cotidiano desde la curiosidad, desde la indagación y la búsqueda. Por eso se dice que la poesía es un estado de adivinanza perpetua.
En la gran variedad de libros para niños hay que distinguir entre aquellos que realmente invitan al placer estético, a descubrir el lenguaje polisémico de la literatura y vivenciar lo poético, de aquellos libros que solo fueron escritos para “enseñar” algo (como hábitos, por ejemplo) y que no siempre tienen calidad estética.

La poesía para niños es (o era) quizás el género más conservador de la Literatura Infantil. La experimentación poética vino primero desde el campo de lo sonoro inspirados, tal vez, en la poesía vanguardista. Sabemos que una de las que renovó la LIJ fue Ma. Elena Walsh y a ella le debemos el renovado aire en la literatura para niños en Argentina.

También llegó la renovación en el campo de la edición de los libros de poesía ilustrada para niños. En el mercado editorial se encuentran poemarios para niños (un mismo autor con varios poemas incluidos en un solo libro) y antologías. Pero también un solo poema constituye ahora un libro y aquí los poemas pierden su sentido de “verticalidad” ya que el responsable de edición decide distribuir versos y estrofas a lo largo de las páginas aunque el autor lo haya escrito en “una sola tirada”, verticalmente sin decisión de cambios de hoja. Esto sucede mucho con poemas que no han sido escritos originalmente para niños pero sus ilustraciones y la distribución de los versos en la página los acerca. Como la edición de Oda a una estrella de Pablo Neruda, ilustrado por Elena Odriozola, de ediciones de Libros del zorro rojo, o Nanas de la cebolla de Miguel Hernández ilustrado por Matías Acosta, ediciones del Naranjo. Cada vuelta de página implica también un silencio, otros modos de leer.

Por otra parte, hoy encontramos también lo que podríamos denominar Poesía-álbum donde entran en diálogo las ilustraciones y el diseño gráfico del libro como ocurre en el libro Botánica Poética de Juan Lima (en Antología al final) o Escondidas de Valerio Cervero y Vivi Chaves por nombrar solo un par de ejemplos.

Además de los autores nombrados, recomendamos la lectura de otros poetas innovadores como: Ma. José Ferrada, Jorge Luján, Nelvy Bustamante, Cecilia Pisos, Ma. Cristina Ramos, Laura Escudero Tobler… entre otros. En ellos vemos poetizado lo cotidiano: verduras, semillas, la lluvia, pequeños animales y bichos, la ciudad, el barrio,  también están presentes, sin duda, las emociones y la palabra poética misma en una relación de metapoema.

En sus poéticas priorizan el verso libre, experimentan con los silencios, las formas, los tonos... Resulta interesante el concepto de “caligrafía tonal” de Ana Porrúa, o sea la tensión que la voz establece con el poema que “puede mimarlo, apegarse a él o desplazarlo brutalmente. La voz agrega algo y también tacha, arma una caligrafía tonal.[9]

Entonces, ¿qué leer con los niños? Todo tipo de poesía. No es una u otra, no se excluyen ni se trata de oponer poéticas sino de enriquecer las experiencias lectoras.

 “La poesía tiene algo que necesitamos reencontrar, algo de nosotros mismos, algo tenue y profundo, algo que evoca espacios de nuestro mundo personal. En algunos casos es una pulsación hacia la sonrisa, porque la poesía juega con las palabras, agita y renueva significados y va develando sentidos, significaciones en movimiento, significaciones que conciertan.” “La lectura de poesía es, por tanto, una alfabetización calificada para transitar, de un modo no pasivo, este mundo de múltiples modos comunicacionales en el que hoy estamos.”[10]

El convite, entonces, es a experimentar, a dejarse sorprender, a ser partícipes, a balancear tipos de libros para compartir con los niños, a leer poesía para la infancia y no infantilizada sin intensidad ni armonía. Leer poesía de calidad estética, leer desde otro lugar, con una mirada sensible y lúdica a la vez… es decir, ensanchar horizontes lectores.

Bocadillo 3: Para ampliar el tema: Artículo de Cecilia Bajour (especialista en poesía, podrán encontrar otros artículos suyos en internet: https://imaginaria.com.ar/2013/09/nadar-en-aguas-inquietas-una-aproximacion-a-la-poesia-infantil-de-hoy/

v Postre: Encuentro con la Poesía y los poetas: MicroAntología:

1.-  Encuentro con Nelvy Bustamante:

Bocadillo 4: si les interesa, pueden mirar entrevista a la autora chubutense en: https://www.youtube.com/watch?v=ESQrUwJxL9w
µ
  Adentro de este dedal hay una ciudad. Bs. As. Edelvives, 2014.

La lluvia
La lluvia
pintó lunares
en la vereda;
lágrimas redondas
jugando a esperar
la primavera.


Como un árbol
La ciudad
Es como un árbol
Con raíces de cemento.
Un árbol alto
Donde florecen nidos
Cuadrados.
El hombre
Casi pájaro
Se asoma entre las ramas
Intentando pescar la luna
Con una caña.


Palabras
Yo
       Quería
Construir
        Una
Ciudad
         Apilando
Palabras
                Como soles

µ  Hormigas con patas de tinta, Bs. As., Argentina, Sudamericana, 2017.

La hormiga
Melífera
¿toma el café
Amargo?

La hormiga
De fuego
¿cocina
Sus alimentos?

La hormiga
Faraón
¿es hija
Del sol?


La hormiga pasó todo el día yendo y viniendo de la azucarera al hormiguero
Sin embargo, a la noche tuvo un sueño amargo.

µ  La araña que vuela, Bs. As., Argentina, Sudamericana, 2008.
La araña que vuela

La araña teje
Una estrella
De tela.

Punta tras punta
Va y viene
Pata tras pata
Bordando el cielo.

Cuando se cansa
Cuelga las agujas
Y vuela.

La vuelta entera
De rama en rama
De brote en bote
Por un hilo casi invisible
Camina
La equilibrista

Ya salta
Ya vuela

 Ya al mundo
Da la vuelta entera.

¿Y qué piensa
Cuando salta?
¿Y qué piensa
Cuando vuela?
¿Y que piensa
Cuando al mundo
Da la vuelta entera?

 ****
Las arañas / poetas: / ¿en vez de tejer / telas / tejen / poemas?

µ  Poemas de: Viento, Matas y Violines, editado por el Senado de la Nación Argentina (Buenos Aires, 2000) Segundo Premio Certamen Patagónico de Cuento y Poesía.

Preguntas

El escarabajo
que cruza el camino:
¿Sabe que yo
lo miro?
Esa araña
que baja por la pared:
¿Ve el mundo
al revés?
El agua del río
donde me bañé ayer:
¿Es la misma que hoy
moja mis pies?


Esquina sola

Tres niños lloran
sentados en la esquina sola.
Han perdido
una moneda.
Han perdido
la vuelta en calesita
el helado
y la estrella.
Tres niños lloran
sentados en la esquina sola.
Desde el cielo
los abraza
una moneda de plata.



4. Encuentro con Juan Lima y su Botánica Poética, Calibroscopio:
¿En qué métrica cabe un maní? ¿Qué metáforas puede inspirar una radicheta? ¿Un poemario botánico o un manual de botánica lírica? Poéticamente, ¿nos importa un rabanito?Todo es posible en el universo Juan Lima, donde botánica, humor y poesía riman con felicidad. Este libro obtuvo el Segundo Premio Nacional de Poesía 2016. Secretaría de Cultura de la Nación; Destacados ALIJA 2016 – Mejor Libro de Poesía; Gran Premio ALIJA 2016.


Bocadillo 5: para conocer más sobre Botánica poética: “La poesía echa raíces y florece”, de Marianela Trovato en Catalejos, Revista sobre lectura, formación de lectores y literatura para niños:






La manzana
Es la tercera cosa
En el mundo
Más
       Rápido
                 En caer
(después de los cometas
Y los meteoritos)

Newton estaba durmiendo la siesta
Y se le cayó una manzana en la cabeza
Así fue como descubrió el sistema

Que rige el mundo

Pensándolo bien
¿qué es más importante:
                 La ley de gravedad
                                 O la manzana?
Mientras no se demuestre lo contrario
Todos tendremos un poco de razón.

(por eso el poeta
Elige dormir la siesta)
 La sequoia
Un árbol de primera
Magnitud
(el más alto del mundo)
((el más antiguo))çante el filo del hacha
Tiembla como una hoja

Y su semilla
Emite una señal
Que todos quisiéramos oír

(el poeta está ahí
Para plantar el verde
En la página en blanco)

***************
Si la poesía
No se fuera alguna vez
Para el lado de los tomates
Sólo probaríamos
Ensalada de frutas
(el poeta
Cuando no sueña
                     Vuela).





3. Encuentro con Ma. Cristina Ramos:

Bocadillo 6: quien lo desee puede ver en Youtube el Poemario: Una maripisi risa que riza: https://www.youtube.com/watch?v=_M_yWCo6H-c


En la marirronda
de las mapirosas,
maricuriosea
una marirrosa... 
Mientras la maripilla
busca colores
para sus alas
que el viento ha despintado…
(Fragmento)


 ¿Lo ves?

En esta pecera,
Uno dos y tres,  
Desfilan dos peces,
y otro, no se ve,
¿será pez de luna
o pez de papel?
Sabanita de agua
déjamelo ver.
Dos peces saludan:
-¿Cómo le va a usted?
Pero yo saludo
al que no se ve.
En esta pecera,
uno, dos y tres.


 Cielo

La luna se llena
Con agua sin pena
Que saca del mar.
Ángeles de nube
Tienen sed y suben
Todos a tomar.
Después todos se pasean
Con las panzas llenas
De brillo lunar.


 Todos los días (de Un sol para tu sombrero - Sudamericana)

Péiname
cuando me peines
con peinecitos de escarcha,
porque los peines de luna
me despeinan las pestañas.

Lávame
cuando me laves
con jaboncitos de trébol,
pues los jabones sin suerte
se escurren entre los dedos.

Sécame
cuando me seques
con un toallón sin puntillas
pues los hilitos finitos
se pegan en mis cosquillas.

Préstame
todos los días
un sombrero para el sol,
un sol para mi sombrero
y una sombrita de amor.

4. Encuentro con Hugo Francisco Rivella: Caballito de escarcha, Salta, Fondo Editorial, Secretaría de cultura de la Provincia de Salta. Premio Concurso Oscar Montenegro de Literatura Infantil y Juvenil 2019.


Pregunta con respuesta

¿A dónde fue la noche
Con sus fantasmas?
Si cierras tus ojitos
Ciegas mi alma.

El camino zozobra
Sin horizontes
Pero no tengo miedo
Si me respondes.

En el sueño, tus sueños
Me están soñando;
No despiertes ahora
Que estoy jugando.

Cuando miro tus ojos,
Madre, no sabes,
Que como una estrellita
Vas por mi sangre.


Romance de la niña niña

Se ha perdido una niña                Chiribin
Con ojitos de rana                          Charabán
Para que no la moje                      Chiribin
La luz de la mañana.                      Chiribán

Salió a buscarla un niño                Chiribin
Desesperadamente                      Charabán
La buscó por las calles                   Chiribin
La buscó entre la gente                               Charabán

La buscó en el silencio                  Chiribin
En la flor y en la espada                               Charabán
En la luz del ciruelo                         Chiribin
En la noche cerrada                       Charabán

Cuando el niño lloraba                  Chiribin
Al no poder hallarla                        Charabán
Le dio un beso una niña                               Chiribin
Con ojitos de rana                          Charabán.



 Vivo en un pueblo pequeño

Vivo en un pueblo pequeño,
Pequeño como un botón,
Con dos o cuatro ojitos
De saco o de pantalón.

La calle que cruza el pueblo
Zigzagueando punta a punta
Es igual a un caracol
Con antenitas de azúcar.

En el centro de la plaza
Que muy poca gente ve,
Baila un viejtio la ronda
Que ha bailado en su niñez.

Y en aquel pueblo pequeño,
Pequeño como un botón,
Se ha dormido la ternura
En el corazón de Dios.


El señor Buendía

Buen día, señor Buendía,
Me alegro de volverlo a ver
¿Se encontró con Doña Luna
Llegando el anochecer?

Buen día, señor Buendía
Cuando miro amanecer
Los ojos me brillan solos
Porque amanece otra vez.

¿Vio que los pájaros cantan?
¿Qué vuelve a abrirse la flor?
¿Qué lo que estaba apagado
Destella cual mismo sol?

Buen día, señor Buendía
Me alegro verlo llegar,
Trayendo noticias nuevas
Para volver a empezar.

Para volver a empezar,
Hay penas y hay alegrías;
Para lo amargo, el azúcar_
Para las penas: - Buen día.



Nos quedamos de sobremesa con los que quieran: Opcional:
Quien lo desee puede elegir una de las propuestas que se enuncian a continuación y enviarlos a: maria.belen.aleman@gmail.com. Se reunirán los trabajos presentados y luego se subirán a este blog: 

Ahí van las propuestas de escritura:

Propuestas de café literario:
1.       Escribo un poema sobre objetos de la vida cotidiana o del “bicherío” de la naturaleza. (Puede ser prosa poética también)

2.       Testimonio/Confesiones de un lector de poesía: las siguientes son solo preguntas orientadoras para impulsar la escritura: ¿Qué me pasa cuando leo poesía? ¿Qué es para mí la poesía, cuál es mi relación con ella? ¿Siento que tengo que tener una disposición especial para leer poesía? O por qué no hago nada de lo anterior.

3.       Mi textoteca poética: qué nanas, canciones, juegos lingüísticos, poesías, frases, me acompañan hasta hoy. Escribo un breve relato que las integre como lo hace Laura Devetach en “La construcción del camino lector” que pueden consultar.

4.       Comentario poético: Elijo un autor de esta antología (o varios para abordarlos comparativamente o complementariamente) y realizo un breve comentario sobre su poética o impresiones lectoras.

5.       Breve propuesta con poesía para el aula o para un taller literario.

6.       Otra propuesta que quiera realizar.


[1] Genovese, Alicia, Leer poesía. Lo leve, lo grave, lo opaco. Bs. As., FCE, 2011.
[2] Genovese, Op.Cit
[3] Escudero Tobler, Laura, Ema y el silencio, México, FCE, 2016. Obra ganadora del Premio Hispanoamericano para niños 2015.
[4] Genovese, Alicia, Op. Cit.
[5] Bellucini, Ma. Laura, Sobre la formación de lectores en la primera infancia. En Curso para Mediadores de Lectura Literaria Infantil: Primera Infancia. 2019.
[6] Petit, Michèle, Leer el mundo. Experiencias actuales de transmisión cultural, Bs.As., FCE, 2016.

[8] Pilar Muñoz y Ma. Victoria Ramos, en Con la profundidad del mar y la levedad de la espuma. Un recorrido por la poesía infantil argentina. Revista Imaginaria, Nº 295, Lecturas, 28/6/11

 [9] Citado por Bajour, Cecilia en Poesía infantil contemporánea o la materia que nos toca. Cuando el cuerpo (del lector) lee el cuerpo (del poema). Ponencia leída en la Jornada de Cedilij: Poesía, riesgo y abrazo, Córdoba, 13 de junio 2015.
[10] Ramos, Ma. Cristina, La casa del aire. Literatura en la escuela. Para Inicial y Primer Ciclo. Argentina, Editorial Ruedamares, 2013.

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