domingo, 28 de junio de 2020

GRACIELA CABAL, REBELDÍA Y HUMOR "DESDE LA INFANCIA":

Una poética que dice el mundo “desde” la infancia, la ruptura de estereotipos y el humor:

Prof. Ma. Belén Alemán*
“La verdadera literatura gusta perderse, con los ojos abiertos y en
completa soledad, por bosques profundos y tenebrosos. No teme
encontrarse ni con lo maravilloso ni con lo abominable…Porque
la literatura, siempre, es un salto al vacío.”
Graciela Cabal

Cuando uno nombra a Graciela Cabal lo hace recordando su intensa labor de escritora, docente, periodista, promotora de la Lij y desde su involucramiento editorial (que se inicia en el recordado Centro Editor de América Latina- CEAL). Cabal es una de las fundadoras del campo de la Literatura Infantil y Juvenil en la Argentina en los años ochenta. 

Su poética se construye “desde la infancia”, no “para la infancia” como ella misma sostiene. Abrió caminos en la narrativa para niños con un estilo coloquial, desenfadado, pleno de humor aun abordando temas complejos como la muerte, los miedos o el rol de la mujer.
En lo que respecta a este último tema, sus historias buscan romper con estereotipos femeninos y roles que le cupieron a la mujer desde tiempos lejanos. Cuestiona esos roles femeninos y los prejuicios en una sociedad todavía patriarcal. En sus cuentos, aunque hable de gatos, está hablando de las relaciones humanas y del lugar de la mujer presentando con sutileza e ironía la necesidad de cambio, de apertura, de equilibrio. En sus historias los personajes femeninos se rebelan a los mandatos familiares y al “deber ser” construido desde la mirada masculina. Tanto en sus ensayos como en sus libros de ficción, Graciela Cabal presenta esta problemática con lucidez, sin eufemismos y también con mucho humor. Tanto en textos ficcionales como en ensayos despliega representaciones textuales, ritos, símbolos que marcaron la educación de las mujeres, sobre todo, aquellas prácticas que pretendían “modelar” y “moldear” el carácter femenino. Cabal lo desarrolla incisivamente en su ensayo Mujercitas ¿eran las de antes? (1998), 

al recordar, entre otras evocaciones, pronunciamientos de docentes como los de la Señorita Laudelina: “Si quieres ser bien querida/, se afable, humilde y sufrida”. En este libro, lleno de anécdotas y ejemplos, Cabal presenta su punto de vista y cuestiona ese ideario femenino construido desde la idea de cómo ser “una mujercita como se debe”. Desde su experiencia personal permite reflexionar al lector, quien realiza su propio recorrido de vivencias.
Graciela Cabal también se nutre de los cuentos tradicionales maravillosos para cuestionar con humor los modelos de mujeres que presentan. Así, por ejemplo, en Blanca como la nieve, roja como la sangre, presenta una versión paradigmática de la clásica protagonista, ya que en esta historia, Blancanieves no es sumisa ni cálida princesa sino una mujer que no quiere cocinarle a siete enanitos, pide que la dejen en paz y es además, la heroína que rescata a un príncipe ceceoso de su madre castradora.

Asimismo, en su cuento, La señora Planchita (1988), 
encontramos una protagonista que es casi el ama de casa perfecta que plancha y plancha diariamente. En esta historia Cabal “representa los personajes de la familia tipo llevándolos al extremo del absurdo, a través de la exageración que genera el humor. Pero el relato se detiene en la mujer protagonista que duda, imagina, anticipa y recuerda. La mujer que transgrede el estereotipo y, al menos, ya que ella no pudo torcer su historia, decide proteger la de su hija mujer, Florencia. Cabal fue una experta en desmontar estereotipos y cuestionar los lugares del género.”[1]

En su novela Las Rositas (1992), escrita en una primera persona femenina, Cabal satiriza antiguas costumbres que perduraban a comienzos del siglo XX,  como la de casar a las hijas sin su consentimiento. Presenta conflictos sociales de la época cuestionando la sociedad autoritaria y machista. Novela dedicada expresamente a las mujeres “que se plantaron y no dejaron que otros decidieran por ellas”.

¿Por qué leer a Graciela Cabal? ¿Por qué incluirla en el canon de la LIJ?

Porque Cabal cuestiona, critica y reflexiona sobre su tiempo y la sociedad desde el humor, la sátira y la ironía. Juega libremente para revelar una realidad que quiere transformar pero lo hace sin golpes bajos, sin chabacanería, con transparencia, casi con ternura.

Porque Cabal construye personajes aparentemente simples, alejados del melodrama, con discursos sencillos que llegan fácilmente a interlocutores de todas las edades. Posibilita un encuentro genuino y fresco con las vivencias y experiencias de cada lector. Sus argumentos fluyen libres, no son rígidos ni están cristalizados. Sus personajes niños trasgreden los límites, rompen con algunas reglas y lo hacen ya sea desde el humor o desde la introducción de algún elemento o personaje fantástico.

El tratamiento de lo fantástico en Cabal es muy interesante. Lo fantástico se introduce con total naturalidad a lo largo de la historia. Así, por ejemplo, encontramos a Jacinto, amigo invisible de Julieta en Cosquillas en el ombligo (1990), a Connla, en Mi amigo el Rey (1995), un rey de cartón que cobra vida gracias a Fernando que lo encuentra destartalado en un volquete de basura y lo repara. Este rey se incorpora a la familia de una manera insólita y divertida. Lo fantástico también se hace presente en Azul (2001) donde los lápices de colores son capaces de pintar la magia y en muchos otros cuentos con hadas y brujas  - que son bonachonas – como, por ejemplo, Entre las hadas y las brujas (1992), Las hadas brillan en la oscuridad (1999), Cuentos con brujas (1999). Una mención especial merecen los ángeles, tal vez personajes favoritos de Cabal por su misterio y similitud con los niños (La pandilla del ángel, 1994, entre otros). Lo fantástico se instala como algo normal corriente en cada historia, aparece en la cotidianeidad de una familia, de una casa, en la cocina, en un cuarto de juegos, entre charlas y comidas. Es un fantástico cómplice y nada solemne, no busca causar temor. Lo fantástico y lo cotidiano conviven sin solemnidad.

¿Por qué un sitial que recuerde a Graciela Cabal en la Academia de Literatura Infantil y Juvenil? Porque fue una activa promotora de la lectura y de la literatura infantil y juvenil en nuestro país y porque desde la escritura se animó a lo diferente abordando todos los temas posibles, temas silenciados o temas que habían sido planteados desde la moralina y el didactismo.  Cabal se hace cargo de esos temas de la vida diaria y los presenta con desenfado y humor sin dejar de lado por ello la seriedad que implica hablar sobre los miedos, lo distinto, la pobreza, lo que sucede puertas adentro de una familia…

En una entrevista Cabal sostiene que escribe sobre esos temas más “duros” porque la vida lo es: “Pero yo no elijo los temas, sino que el tema me elige a mí. Yo toco mucho el tema de la mujer, por ejemplo, y no es que me lo proponga. Estoy haciendo un cuento de gatos y, de repente, me doy cuenta que lo que está saliendo es un tema de estereotipos de lo masculino y lo femenino. Y yo empecé hablando de esta gata y su novio. Pero la ideología sale, se me impone. 
Toco unos temas terribles, pero como lo hago desde el humor puedo decir cosas que de otra manera serían insoportables. Yo en la cosa más dramática pongo el humor. Es lo que me sale, no lo puedo evitar”.[2] 

 Podríamos mencionar muchas historias de temas complejos pero suavizados por el humor, la ternura, los vínculos, la confianza. Así se construyen textos como Miedo (1997) y Toby (1997), por ejemplo. En su larga lista de cuentos (más de setenta) y de textos de divulgación general o históricos se observa que, en algunos, no pudo escapar de estereotipos y lugares comunes, ya sea por el apremio de editoriales o por su tanta escritura. No obstante, su literatura es particular, su poética abreva en la diversidad, en un lenguaje coloquial, cercano, con tramas cómplices que permiten la identificación del lector. Cabal conoce el mundo de la infancia y tiene siempre presente sus propias experiencias para narrar. Desde la mirada infantil y desde el humor, acerca lo cotidiano de la vida y sus complejidades a sus lectores. Alicia Origgi sostiene que Cabal “tiene como autora una actitud de evaluación permanente con respecto al contenido semántico de su propio enunciado y utiliza la sátira y la ironía como formas liberadoras. Desata estructuras de pensamiento rígidas y desacartona una literatura pensada en sus inicios para “edificar” al niño.[3]

Graciela Cabal es una autora “que no supo sólo de niños y de las palabras, supo mucho de la literatura, de cómo se construye un campo que está lleno de agujeros y de intersticios, que se puede navegar y que a veces puede ser peligroso, porque en el arte se juega también lo político y en los modos de decir se pueden reforzar o desafiar los recovecos del poder o, por qué no, encontrar algo que se parezca a la felicidad, que según Cabal es una de las formas de la resistencia, como los buenos libros.”[4]  Los niños, según Cabal, tienen derecho a ser felices y a “usar” los libros para resistir temores, angustias, desconsuelos. Dotar a los niños de relatos es habilitarles la palabra, permitirles decirse y ser. Por eso su incansable labor de escritora, promotora y difusora de lecturas y literatura. Por eso merece ser leída y recordada, porque ella también creía que la lectura es un derecho y una necesidad; que la literatura – al hablar de la vida misma – es refugio, sostén, alas para volar, emoción y encuentro, magia y consuelo, descubrimiento.

 Breve biografía de Graciela Cabal: Escritora con más de cincuenta libros publicados para niños y jóvenes. Ensayista y docente. Egresada de la carrera de Letras de la UBA. Su incansable labor editorial se inició en el Centro Editor de América Latina (Ceal). Coordinó diversos talleres, trabajó en periodismo, hizo títeres y guiones para televisión (ciclo Argentina Secreta, entre otros). Autora de libros de divulgación con la serie Cosas de chicos (1985) y Los libros verdes de la Ecología (1999). Cofundadora y codirectora de la Revista La Mancha, papeles de Literatura Infantil. Presidenta de Alija entre 1993 y 1995. Fue invitada a participar como jurado en varios concursos literarios y a dictar conferencias a nivel nacional e internacional. Recibió diversos premios y distinciones como la Faja de Alija (1991), Premio Lista de Honor de Alija (1995), en diversas oportunidades obtuvo el Premio Cuadro de Honor a la Literatura Infantil de la provincia de Tucumán, fue finalista en el Premio Latinoamericano de LIJ Norma-Fundalectura (1997) por Toby, Premio Especial Ricardo Rojas (1999) por la novela Secretos de Familia y Premio Konex, Diploma al Mérito en la disciplina Literatura Infantil, 2004. Algunas de sus obras están traducidas al portugués, euskera, catalán, gallego e italiano.


*María Belén Alemán: Profesora en Letras, Especialista en LIJ y en Gestión Educativa. Miembro de Número de la Academia de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina (sitial Graciela Cabal). Fundadora y Co-coordinadora de LecturArte, Espacio de Promoción de la LIJ, Salta. Poeta y narradora con varios libros publicados y distinciones.





[1] Troglia, María José y Cañón Mila, Para leer a Graciela Cabal. http://www.jitanjafora.org.ar/Canon%20Troglia.pdf
[2] Entrevista a Graciela Cabal (2001). Revista Planetario. Citada por…
[3] Origgi, Alicia (2016)  “Graciela Cabal: una gran maestra de la literatura infantil”, en Ensayos de Literatura Infantil y Juvenil, Tomo I, colección Tesis, Academia de Literatura Infantil y Juvenil,
[4] Troglia, María José y Cañón Mila, Para leer a Graciela Cabal

La escritura de lo incesante. Notas sobre El mar de las libélulas de María Belén Alemán, por Raquel Guzmán

  Publicado en lagaceta.com.ar - 31 de octubre de 2022 Qué haré con lo que he mirado? (Sara San Martín, "Miradas")   Soy l...