Una poética que dice el mundo “desde” la infancia, la ruptura de estereotipos y el humor:
Prof. Ma. Belén Alemán*
“La verdadera literatura gusta
perderse, con los ojos abiertos y en
completa soledad, por bosques
profundos y tenebrosos. No teme
encontrarse ni con lo maravilloso
ni con lo abominable…Porque
la literatura, siempre, es un
salto al vacío.”
Graciela Cabal
Cuando
uno nombra a Graciela Cabal lo hace recordando su intensa labor de escritora,
docente, periodista, promotora de la Lij y desde su involucramiento editorial
(que se inicia en el recordado Centro Editor de América Latina- CEAL). Cabal es
una de las fundadoras del campo de la Literatura Infantil y Juvenil en la
Argentina en los años ochenta.
Su
poética se construye “desde la infancia”, no “para la infancia” como ella misma
sostiene. Abrió caminos en la narrativa para niños con un estilo coloquial,
desenfadado, pleno de humor aun abordando temas complejos como la muerte, los
miedos o el rol de la mujer.
En
lo que respecta a este último tema, sus historias buscan romper con
estereotipos femeninos y roles que le cupieron a la mujer desde tiempos
lejanos. Cuestiona esos roles femeninos y los prejuicios en una sociedad
todavía patriarcal. En sus cuentos, aunque hable de gatos, está hablando de las
relaciones humanas y del lugar de la mujer presentando con sutileza e ironía la
necesidad de cambio, de apertura, de equilibrio. En sus historias los
personajes femeninos se rebelan a los mandatos familiares y al “deber ser”
construido desde la mirada masculina. Tanto en sus ensayos como en sus libros
de ficción, Graciela Cabal presenta esta problemática con lucidez, sin
eufemismos y también con mucho humor. Tanto en textos ficcionales como en
ensayos despliega representaciones textuales, ritos, símbolos que marcaron la
educación de las mujeres, sobre todo, aquellas prácticas que pretendían
“modelar” y “moldear” el carácter femenino. Cabal lo desarrolla incisivamente
en su ensayo Mujercitas ¿eran las de
antes? (1998),
al recordar, entre otras evocaciones, pronunciamientos de docentes
como los de la Señorita Laudelina: “Si
quieres ser bien querida/, se afable, humilde y sufrida”. En este libro,
lleno de anécdotas y ejemplos, Cabal presenta su punto de vista y cuestiona ese
ideario femenino construido desde la idea de cómo ser “una mujercita como se
debe”. Desde su experiencia personal permite reflexionar al lector, quien
realiza su propio recorrido de vivencias.
Graciela
Cabal también se nutre de los cuentos tradicionales maravillosos para cuestionar
con humor los modelos de mujeres que presentan. Así, por ejemplo, en Blanca como la nieve, roja como la sangre,
presenta una versión paradigmática de la clásica protagonista, ya que en esta
historia, Blancanieves no es sumisa ni cálida
princesa sino una mujer que no quiere cocinarle a siete enanitos, pide que la
dejen en paz y es además, la heroína que rescata a un príncipe ceceoso de su
madre castradora.
Asimismo,
en su cuento, La señora Planchita
(1988),
encontramos una protagonista que es casi el ama de casa perfecta que plancha
y plancha diariamente. En esta historia Cabal “representa los personajes de la familia tipo llevándolos al extremo
del absurdo, a través de la exageración que genera el humor. Pero el relato se
detiene en la mujer protagonista que duda, imagina, anticipa y recuerda. La
mujer que transgrede el estereotipo y, al menos, ya que ella no pudo torcer su
historia, decide proteger la de su hija mujer, Florencia. Cabal fue una experta
en desmontar estereotipos y cuestionar los lugares del género.”[1]
En
su novela Las Rositas (1992), escrita
en una primera persona femenina, Cabal satiriza antiguas costumbres que
perduraban a comienzos del siglo XX,
como la de casar a las hijas sin su consentimiento. Presenta conflictos
sociales de la época cuestionando la sociedad autoritaria y machista. Novela
dedicada expresamente a las mujeres “que
se plantaron y no dejaron que otros decidieran por ellas”.
¿Por
qué leer a Graciela Cabal? ¿Por qué incluirla en el canon de la LIJ?
Porque
Cabal cuestiona, critica y reflexiona sobre su tiempo y la sociedad desde el
humor, la sátira y la ironía. Juega libremente para revelar una realidad que
quiere transformar pero lo hace sin golpes bajos, sin chabacanería, con
transparencia, casi con ternura.
Porque
Cabal construye personajes aparentemente simples, alejados del melodrama, con
discursos sencillos que llegan fácilmente a interlocutores de todas las edades.
Posibilita un encuentro genuino y fresco con las vivencias y experiencias de
cada lector. Sus argumentos fluyen libres, no son rígidos ni están
cristalizados. Sus personajes niños trasgreden los límites, rompen con algunas
reglas y lo hacen ya sea desde el humor o desde la introducción de algún elemento
o personaje fantástico.
El
tratamiento de lo fantástico en Cabal es muy interesante. Lo fantástico se
introduce con total naturalidad a lo largo de la historia. Así, por ejemplo,
encontramos a Jacinto, amigo invisible de Julieta en Cosquillas en el ombligo (1990), a Connla, en Mi amigo el Rey (1995), un rey de cartón que cobra vida gracias a
Fernando que lo encuentra destartalado en un volquete de basura y lo repara.
Este rey se incorpora a la familia de una manera insólita y divertida. Lo
fantástico también se hace presente en Azul
(2001) donde los lápices de colores son capaces de pintar la magia y en muchos
otros cuentos con hadas y brujas - que
son bonachonas – como, por ejemplo, Entre
las hadas y las brujas (1992), Las
hadas brillan en la oscuridad (1999), Cuentos
con brujas (1999). Una mención especial merecen los ángeles, tal vez personajes
favoritos de Cabal por su misterio y similitud con los niños (La pandilla del ángel, 1994, entre
otros). Lo fantástico se instala como algo normal corriente en cada historia,
aparece en la cotidianeidad de una familia, de una casa, en la cocina, en un
cuarto de juegos, entre charlas y comidas. Es un fantástico cómplice y nada
solemne, no busca causar temor. Lo fantástico y lo cotidiano conviven sin
solemnidad.
¿Por
qué un sitial que recuerde a Graciela Cabal en la Academia de Literatura
Infantil y Juvenil? Porque fue una activa promotora de la lectura y de la
literatura infantil y juvenil en nuestro país y porque desde la escritura se
animó a lo diferente abordando todos los temas posibles, temas silenciados o
temas que habían sido planteados desde la moralina y el didactismo. Cabal se hace cargo de esos temas de la vida
diaria y los presenta con desenfado y humor sin dejar de lado por ello la
seriedad que implica hablar sobre los miedos, lo distinto, la pobreza, lo que
sucede puertas adentro de una familia…
En
una entrevista Cabal sostiene que escribe sobre esos temas más “duros” porque
la vida lo es: “Pero yo no elijo los
temas, sino que el tema me elige a mí. Yo toco mucho el tema de la mujer, por
ejemplo, y no es que me lo proponga. Estoy haciendo un cuento de gatos y, de
repente, me doy cuenta que lo que está saliendo es un tema de estereotipos de
lo masculino y lo femenino. Y yo empecé hablando de esta gata y su novio. Pero
la ideología sale, se me impone.
Toco unos temas terribles, pero
como lo hago desde el humor puedo decir cosas que de otra manera serían
insoportables. Yo en la cosa más dramática pongo el humor. Es lo que me sale,
no lo puedo evitar”.[2]
Podríamos
mencionar muchas historias de temas complejos pero suavizados por el humor, la
ternura, los vínculos, la confianza. Así se construyen textos como Miedo (1997) y Toby (1997), por ejemplo. En su larga lista de cuentos (más de
setenta) y de textos de divulgación general o históricos se observa que, en algunos,
no pudo escapar de estereotipos y lugares comunes, ya sea por el apremio de
editoriales o por su tanta escritura. No obstante, su literatura es particular,
su poética abreva en la diversidad, en un lenguaje coloquial, cercano, con
tramas cómplices que permiten la identificación del lector. Cabal conoce el
mundo de la infancia y tiene siempre presente sus propias experiencias para
narrar. Desde la mirada infantil y desde el humor, acerca lo cotidiano de la
vida y sus complejidades a sus lectores. Alicia Origgi sostiene que Cabal “tiene como autora una actitud de evaluación
permanente con respecto al contenido semántico de su propio enunciado y utiliza
la sátira y la ironía como formas liberadoras. Desata estructuras de
pensamiento rígidas y desacartona una literatura pensada en sus inicios para
“edificar” al niño.[3]
Graciela
Cabal es una autora “que no supo sólo de
niños y de las palabras, supo mucho de la literatura, de cómo se construye un
campo que está lleno de agujeros y de intersticios, que se puede navegar y que
a veces puede ser peligroso, porque en el arte se juega también lo político y
en los modos de decir se pueden reforzar o desafiar los recovecos del poder o,
por qué no, encontrar algo que se parezca a la felicidad, que según Cabal es
una de las formas de la resistencia, como los buenos libros.”[4]
Los niños, según Cabal, tienen derecho a
ser felices y a “usar” los libros para resistir temores, angustias,
desconsuelos. Dotar a los niños de relatos es habilitarles la palabra,
permitirles decirse y ser. Por eso su incansable labor de escritora, promotora
y difusora de lecturas y literatura. Por eso merece ser leída y recordada,
porque ella también creía que la lectura es un derecho y una necesidad; que la
literatura – al hablar de la vida misma – es refugio, sostén, alas para volar,
emoción y encuentro, magia y consuelo, descubrimiento.
Breve biografía de Graciela
Cabal: Escritora
con más de cincuenta libros publicados para niños y jóvenes. Ensayista y
docente. Egresada de la carrera de Letras de la UBA. Su incansable labor
editorial se inició en el Centro Editor de América Latina (Ceal). Coordinó
diversos talleres, trabajó en periodismo, hizo títeres y guiones para
televisión (ciclo Argentina Secreta,
entre otros). Autora de libros de divulgación con la serie Cosas de chicos (1985) y Los
libros verdes de la Ecología (1999). Cofundadora y codirectora de la Revista La Mancha, papeles de Literatura
Infantil. Presidenta de Alija entre 1993 y 1995. Fue
invitada a participar como jurado en varios concursos literarios y a dictar
conferencias a nivel nacional e internacional. Recibió diversos premios y
distinciones como la Faja de Alija (1991), Premio Lista de Honor de Alija
(1995), en diversas oportunidades obtuvo el Premio Cuadro de Honor a la
Literatura Infantil de la provincia de Tucumán, fue finalista en el Premio
Latinoamericano de LIJ Norma-Fundalectura (1997) por Toby, Premio Especial Ricardo Rojas (1999) por la novela Secretos de Familia y Premio Konex,
Diploma al Mérito en la disciplina Literatura Infantil, 2004. Algunas de sus
obras están traducidas al portugués, euskera, catalán, gallego e italiano.
*María Belén Alemán:
Profesora en Letras, Especialista en LIJ y en Gestión Educativa. Miembro
de Número de la Academia de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina
(sitial Graciela Cabal). Fundadora y Co-coordinadora de LecturArte, Espacio de
Promoción de la LIJ, Salta. Poeta y narradora con varios libros publicados y
distinciones.
[1] Troglia, María José y Cañón Mila, Para leer a Graciela Cabal. http://www.jitanjafora.org.ar/Canon%20Troglia.pdf
[2] Entrevista a Graciela
Cabal (2001). Revista Planetario. Citada por…
[3] Origgi, Alicia (2016)
“Graciela Cabal: una gran maestra de la literatura infantil”, en Ensayos de Literatura Infantil y Juvenil,
Tomo I, colección Tesis, Academia de Literatura Infantil y Juvenil,
[4] Troglia, María José y Cañón Mila, Para leer a Graciela Cabal
[1] Troglia, María José y Cañón Mila, Para leer a Graciela Cabal. http://www.jitanjafora.org.ar/Canon%20Troglia.pdf
[2] Entrevista a Graciela
Cabal (2001). Revista Planetario. Citada por…
[3] Origgi, Alicia (2016)
“Graciela Cabal: una gran maestra de la literatura infantil”, en Ensayos de Literatura Infantil y Juvenil,
Tomo I, colección Tesis, Academia de Literatura Infantil y Juvenil,
[4] Troglia, María José y Cañón Mila, Para leer a Graciela Cabal
Excelente árticulo!! Y a través del humor...nos enseña!
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