"La vida de los días" de María Belén Alemán es una muestra más del trabajo riguroso y constante de una poeta que ha elegido las palabras para mostrar su alma.
La primera parte de este libro, Fuego y Esparto, está dedicado a la
reflexión. Con la lucidez de una mirada sin prejuicios sobre la vida actual,
vale un mínimo verso entresacado de algunos de sus poemas para tener una idea
cabal de lo que piensa: “humano mundo
donde todo se pesa”, “necesitamos coraje
sin ira”, “ser a cielo abierto”, “La esperanza es un acorazado”… “mi país, ya
sin grillos insomnes”
En Soles
y relámpagos, el tono se hace más confidente porque nos muestra la
intimidad de sus afectos: los hijos, la pareja, la amiga cuya muerte es
presencia para siempre, el jardín como metáfora de lo posible. Y su ser de
poeta: “Ese pájaro azul/ profundamente azul/ que crece aferrado a mi costado”.
Celebramos
esta poética de afirmación existencial que registra, celebra o se duele con
escritura creativa de vuelo."
REBELIÓN CIBERNÉTICA
A este mundo nuestro
lo vamos licuando, diluyendo.
Somos – cada vez más – un ícono y un “me
gusta”.
Y olvidamos mirarnos en charlas de café.
No quiero abrazos de pantallas pixeladas
de duplicidad inentendible
de almuerzos con whatsapp .
Tu existencia no es un click en una pantalla
una tienda de cartón
un juego de azahar con tres vidas que
arriesgar.
Vida.
Una.
Abrir celosías agazapadas
y desfatigarse
desmembrarse
desvergonzarse
desvestirse de historias ajenas
y lanzarse entre el vértigo y las uñas
desgarradas
a provocar el coraje de ser a cielo abierto.
PREGUNTA
Kilómetro a kilómetro
el paisaje avanza monótono y yermo.
El viaje se hace lento.
¿Tardará mucho el pensamiento en llegar a
alguna parte?
Es que el silencio
de pensar a solas
a veces duele.
Hay mujeres
Hay mujeres de lágrimas negras
que acunan silencios
en aceras de lloviznas.
Hay mujeres que siembran la luz
en cárcavas lejanas
aunque el sol ya no exista en la tierra que habitan.
Hay mujeres que aun con llagas abiertas
protegen los sueños de quienes abrazan
y emprenden vuelos con miradas de ámbar.
Hay mujeres…
Hay mujeres que siembran de brillos las pieles
aunque ellas mismas se queden sin agua.
Hay mujeres que andan sin prisa
y detienen vorágines de sombras
para que otros se encuentren.
Hay mujeres que arrullan ausencias
que aquietan los miedos
o impulsan los vientos.
Hay mujeres de fuegos incandescentes
de silencios acuosos
de arenas profundas.
Mujeres de océanos y barcos
de clamores encrespados.
Sí, hay mujeres.
Hay mujeres.
Foto de solapa de Isidoro Zang |
MI AGRADECIMIENTO:
A Daniel, Inés, Dany y Francisco, por ser parte fundamental de la vida de mis días, siempre.
A Marta Schwarz por su generosa y comprometida lectura.
A Nicolás Lupión por su arte pródigo y sensible.
A la Dra. Liliana Massara por sus palabras que alumbran otras lecturas posibles.
A Raquel Espinosa y Sergio M. Bravo, por acompañar mis vuelos y palabras desde hace tantísimos años.
A los muchos que dan vida a mis horas.
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