Publicado en el blog de la Academia Argentina de Literatura Infantil y Juvenil
María Belén Alemán. Es Profesora en Letras y Especialista en Gestión Educativa.
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Su libro Poemas para leer sin voz/s obtuvo el Premio Accesit del Concurso Benito Crivelli de Pro Cultura Salta (1999) y su poemario Detrás de los silencios el Premio de la Secretaría de Cultura de la Provincia de Salta, 2002. Recientemente (julio 2012) obtuvo el Primer Premio de Poesía por su libro Qué profunda es la noche. En el año 2006 el libro de cuentos infantiles, El estanque mágico y otros cuentos mereció el Primer Premio del Concurso de literatura infanto-juvenil Oscar Montenegro de la Secretaría de Cultura de la Provincia de Salta. Fundó el grupo LecturArte, Delegación Salta de la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina que continúa coordinando hasta la fecha. Su novela Hasta volvernos a encontrar… Tupananchiskama, (Mundo Gráfico editorial) es la primera ficción sobre la Doncella del Llullaillaco.
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Elena
Bossi escribe narrativa, teatro y ensayo. Es doctora en Letras y trabaja
como docente e investigadora en la Universidad Nacional de Jujuy. Fue
residente en el Programa Internacional de Escritores de la Universidad de
Iowa y está por realizar otra residencia en la Fundación Valladolid para
artistas en Almería (octubre 2012) . Entre sus obras: Leer poesía, leer la
muerte, Beatriz Viterbo (Premio Fondo Nacional de las Artes de ensayo),Otro
lugar, El Copista (Premio Municipal de la Ciudad de Buenos Aires), Los otros,
UNL, Seres Mágicos que habitan en la Argentina, El Copista. Su comedia En los
brazos de Alfredo Alcón fue seleccionada para representar a la provincia de
Jujuy en el festival nacional en 2009.
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1) Existe desde siempre –tuvo un enorme crecimiento
en las últimas décadas- un mercado de producción y consumo. Creo que el
incremento de ese mercado tiene sus pros y sus contras. Lo bueno es que se
considera que el niño es un lector diferente del adulto, se ilustran los
libros y se escribe pensando en ese lector. Lo malo es que muchas de las
maravillosas obras que se editan para chicos, se las pierden los adultos por
prejuicio. Por otra parte, el prejuicio resulta algunas veces justificado
pues se publica mucho y una gran parte no tiene la excelencia que debería. A
veces, un material bien ilustrado o de edición muy cara es acompañado por
textos descuidados y de mala calidad. Por otra parte, existe un prejuicio
inverso, la existencia de un mercado especializado hace pensar que los niños
solo deben buscar sus lecturas entre lo etiquetado para ellos y también ahí
se pierde mucho.
2) No suelo elegir los temas de mis libros, más bien
los temas se me imponen. Cuando se trata de escribir algo para chicos, a
veces me concentro en mi propia infancia y recupero sensaciones y momentos
importantes y entonces los hago crecer; otras veces, es algo que pasa o que
escucho, que veo, que leo, una sensación que me sugiere alguna idea o se
impone. Puede ser una música, el momento del baño del perro, una avispa que
pasa volando. Por otra parte, me gusta jugar a ser otros personajes muy
diferentes de mí. Creo que es algo así como jugar o actuar: soy un perro, soy
un dragón, soy una señora malísima y desde esa posición ver qué cosas “me”
pasan.
3) Puede serlo en algunas circunstancias: a veces me
piden que escriba sobre un tema en especial. Eso me divierte mucho. Es un
desafío que me den el tema de antemano. Entonces hay que explorarse y
explorar. Se investiga, se juega, es un trabajo delicioso.
4) Una nouvelle editada en El Copista que se llama
“Otro lugar”. Me gusta el trabajo de estilo que hice en ese breve libro. Lo
escribí en seis meses y lo corregí durante cuatro años para recuperar las
voces queridas.
5) Creo que por el tema de la computadora leen mucho
más, creo que leen todo el día: internet, emails, mensajes de texto, libros o
revistas también; pero seguro que leen todo el día porque viven
conectados.
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Jorge
Accame es Licenciado en Letras, docente secundario y universitario, escritor
de novelas, cuentos, numerosos libros de literatura infantil y juvenil y
dramaturgia. Su obra de teatro “Venecia” se presentó en Buenos Aires y se
representó en numerosos países de América y Europa.
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1) Creo que hay sólo literatura. Algunos libros
pueden ser más adecuados que otros para determinadas edades. Pero si un libro
publicado en una colección infantil es bueno, conmueve también a lectores
adultos.
2) No elijo temas, son obsesiones que me rondan
desde siempre de diferentes maneras, por lo general algo que escucho o leo
prende la chispa.
3) Los temas son más o menos los mismos desde que
empezó el mundo: lo efímero, la eternidad, el amor, las pasiones, el dolor,
la pérdida. Lo que cambia es el modo de construcción literaria, que podrá
estar referido a determinadas épocas y lugares, pero es de resolución
personal. Un autor honesto se escucha a sí mismo y no responde dócilmente al
mercado.
4) Quizá vuelva ocasionalmente a algún poema de uno,
a un cuento de otro, a un breve pasaje de una novela. Con mis libros nos
hemos amado y luchado juntos. Pero cuando se editan, ellos y yo estamos
exhaustos. Los dejo en paz. Que se vayan, que hagan su camino solos. Les
estoy agradecido a todos, pero hoy ya no deseo volver a ellos. El mejor es el
próximo.
5) “Antes” es algo difuso. ¿Antes de nuestros
padres, de nuestros abuelos? ¿En el siglo 19? Lo que está lejos pierde sus
contornos y permite la idealización. Creo que en general ahora los chicos
leen más divulgación y temas de interés general, internet estimula la
curiosidad y brinda muchas herramientas. La proporción de quienes se
interesan espontánea y apasionadamente en literatura supongo que es más o
menos similar. No veo razón para que haya cambiado.
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Honoria
Zelaya de Nader es Doctora en Letras. Escritora, investigadora, Co fundadora del
Centro de información e investigación en Literatura Infantil de la
Universidad Nacional de Tucumán. Obtuvo numerosas distinciones, entre ellos,
el Segundo Premio del Ministerio de Cultura de la Nación a la Producción
Regional, 1993, en la categoría investigación por, Evolución de la Literatura
Infantil Juvenil en Tucumán. Desde el período indígena hasta 1940. Es un
referente en el tema de Literatura Infantil y juvenil en Tucumán.
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1) Cierto día, en una escuelita rural de la
provincia de Tucumán, al concluir la narración de uno de los capítulos de Las
Aventuras de Pinocho se me acercó tímidamente un pequeño y casi en susurro me
dijo:
- Señorita. ¿Qué es un cuento? Sorprendida le
respondí: literatura.
-¡Ahhhh! Entonces Pinocho, es Literatura!- afirmó
el pequeño con certeza.
Desde aquel instante, cuando me preguntan si la
Literatura Infantil es Literatura, rememoró aquel momento e inmediatamente se
suma Chesterton y agrega: “el niño comprende la naturaleza del arte mucho
antes de entender la naturaleza de la argumentación”
No en vano desde la cuna los pequeños celebran
esas palabras que les iluminan los sueños, esas que les dan respuestas a sus
interrogantes, esas que exorcizan sus miedos, esas que les permiten descubrir
el mundo y reinventarlo impregnadas de alto valor estético. Es que la
literatura es una sola.
En cuanto al adjetivo infantil, este se debe al
perfil de los destinatarios (que tiene que ver con su desarrollo evolutivo,
con sus intereses temáticos, con su ubicación sociocultural y con la época, a
la que todos estos factores corresponden) pero de manera alguna a su
jerarquía. Los que hablan de literatura infantil como una formalización
cultural de segunda categoría nunca tienen en cuenta, a nuestro juicio, la
identidad de la literatura como producción estética. Tampoco reconocen la
especificidad de la infancia, una carencia que ha causado mucho daño en lo
que respeta a la valoración y a la función que le corresponde.
En consecuencia todo enunciado que plantee la
caracterización de la misma impone como punto de partida la formulación de un
concepto de infancia , puesto que la concepción vigente es resultado de un
largo proceso denominado por Phillips Ariés: invisibilidad de la infancia
2) Nacen de llamados emotivos a partir de ideas y
convicciones que son isotópicas en mi ser. En el nacimiento de mis obras está
lo que en mi infancia sembró una abuela narradora de cuentos más lo vivido,
lo soñado, lo leído en mis años iniciales. Creo que reedito vivencias de una
memoria afectiva.
Ya ha sido señalado que los hacedores dan luz a
las cosas, otorgándoles su identidad intrínseca. El diálogo entre literatura
e infancia me habita siempre.
3) Las ediciones infantiles y juveniles están
sometidas a una fuerte presión económica y en consecuencia cabe preguntarse
si su producción no se ha convertido en un hecho económico en el que el libro
tiende a convertirse en un objeto industrial . Una de las consecuencias de
ese estado de cosas es la producción de colecciones medidas por los mandatos
de los personajes de moda, impuestos por la televisión, en las que pesan los
envoltorios y la seducción publicitaria. Pero claro estamos hablando de
bienes culturales, no de consumismo.
4) Cada libro tiene su identidad y cada uno está
indisolublemente unido a su gestación. En la medida en que el lenguaje de la
forma literaria es expresión del misterio del ser, y más aún que es algo que
se ha realizado de modo irrepetible y que ha resultado un fenómeno único,
resulta - por lo menos en mi caso- imposible categorizar mi propia obra. Esa
valoración la dejo para los críticos. No se nos escapa que algunos escritores
lo hacen pero ello obedece a cánones personales
5) Desde una perspectiva de llamada, de reclamo, de
aproximación hacia una saludable relación entre el niño y los libros, se
percibe con claridad un interés creciente por la instauración del reino de la
lectura en la infancia. Y en consecuencia pareciera que los chicos leen más,
pero como bien decía nuestra María Elena Walsh, a la hora de ver: vamos a ver
a ver, el mundo al revés.
Y en este mundo al revés ¿cómo podemos esperar
que los chicos lean si sus padres no leen? Hoy el valor cultural es más
proclamado que asumido.
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Mónica
Cazón es escritora ,autora de libros de microrrelatos, poesía y varios
libros de Literatura Infantil y Juvenil. Es profesora de Ciencias de la
Educación-Coordinadora de la Asociación literaria “Dr. David Lagmanovich”,
auspiciada por la Universidad Nacional de Tucumán y por la Asociación
Cultural Alberto Rougés. Colaboradora en La Gaceta Literaria Tucumán.
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1) La literatura es una sola, universal, sin
regionalismos; ahora, por supuesto, el lector infantil es un lector
diferente. Esta diferencia es la que nos responsabilizó desde siempre a
comprometernos con las necesidades de la primera etapa del ser humano; única
e irrepetible, que marcará o no tendencias a lo largo de esa vida. A partir
de esta postura, entiendo que la “literatura infantil” no sólo existe, sino
que es absolutamente necesario que se la plantee con la mayor seriedad,
adaptando el mundo del adulto, a las necesidades del mundo infantil.
2) Cuando comienzo a escribir un texto, no pienso en
el tema. Luego, a medida que avanzo en la etapa productiva, el trabajo toma
otro rumbo. Soy una escritora que incursiona en todos los géneros y en
cualquier tema.
3) Entiendo que para muchos escritores la demanda
del mercado suele ser una gran motivación. Pero ese no es mi caso, y espero
que en el futuro no se presente como una necesidad. Igualmente cada uno es
libre de encarar su escritura como desee.
4) De mis libros editos no tengo uno preferido, muy
por el contrario entiendo que aún no lo escribí, por supuesto.
5) Los chicos de todos los tiempos son buenos
lectores cuando un adulto, o su grupo familiar, lo guía con el ejemplo para
que la lectura se convierta en “hábito” o “necesidad”. No podemos ignorar la
época que corre, en donde la tecnología y el tiempo que disponen los adultos,
son fuertes contrincantes que debemos acomodar para que sean herramientas que
sumen. También hay que tener presente lo que ofrecemos a ese niño para que el
libro sea un elemento atractivo dentro de su universo lúdico, y lógicamente
debemos escuchar sus preferencias. Un niño es tierra fértil, y se cosechará
de él lo que sembremos a lo largo de su infancia; sin embargo, rescato el
pensamiento del sociólogo Torres Rivas: "los modelos con los cuales nos
desarrollamos en el pasado no conforman una tendencia inexorable de la cual
debamos deducir el inevitable futuro, aunque señalan límites, dentro de los
cuales es posible el cambio"
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Horacio Semeraro - Miembro de la Academia Argentina de Literatura
infantil y juvenil.
horacio.semeraro@hotmail.com
horacio.semeraro@hotmail.com
Hola María Belén: te felicito por tus últimos logros!!! en beso enorme y te veo cuando vaya a "La Linda"
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