PREFACIO, de Máximo Simpson
Es difícil hablar, decir las cosas.
Es difícil quedarse,
saborear la palabra y su contorno,
intimar con las sílabas profundas.
Hoy también yo me fui de una palabra,
me fui tal vez de mi, tal vez de nadie,
sin haber conocido sus honduras.
Es difícil cantar,
entrar en el vocablo con tambores,
despertar los estruendos
del ser que a manotazos y crujidos
quiere también hablar, decir su letra.
Por eso pienso a veces
en mi desarmonía irremediable,
en mi falta de oído:
estoy desajustado con el cosmos.